Experto del BID: “Es costoso tener un ambiente muy negativo a la migración”
El jefe de la Unidad de Migración Sector Social del BID, Felipe Muñoz, apunta a que Chile tiene un proceso reciente, diverso y creciente, que es “paradigmático” en la región.
- T+
- T-
La migración en América Latina y el Caribe es un “reto continuo e importante”, que a pesar de la pandemia y el cierre de fronteras, no ha frenado su proceso. Así lo describe el jefe de la Unidad de Migración Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Felipe Muñoz, quien apunta a que el flujo de extranjeros al que se enfrenta Chile es “paradigmático” en el cono sur y que destaca por ser un proceso reciente, diverso y creciente.
El experto señala que en comparación a la región, Chile es una de las naciones donde más aumentó el porcentaje de los migrantes como proporción de la población total, pasando de 2% a casi 8% en los últimos años.
En la región han persistido procesos de regularización y de búsqueda de herramientas jurídicas para integrar a la población.
Además, se trata gente caracterizada por ser joven -con el 60% de sus componentes que están entre 25 y 38 años- y ser cercana al área metropolitana.
“Es una migración bastante diversa”, dice y apunta a que si bien la mayoría es venezolana, también hay una migración peruana, boliviana, haitiana y colombiana.
“Eso hace una inmensa riqueza para el país, más posibilidades de apoyo, pero también hay que reconocer que es un reto”, reconoce.
Entre los desafíos que involucra, dice Muñoz, están el deterioro de la percepción y opinión pública que se tiene sobre los migrantes, cuya aceptación está por debajo del promedio de América Latina y que plantea la tarea para los gobiernos de avanzar en el establecimiento de políticas públicas. “O sea, es costoso tener un ambiente muy negativo a la migración, muchos de ellos son temas que no están necesariamente enfocados en la realidad”, dice.
Por otro lado, está el reto de tener un mejor diagnóstico, no solo numérico y de localización geográfica, sino que de capacidades de esta población para saber exactamente en donde hay requerimientos de mano de obras.
“En general, no solo en Chile, los migrantes tienen un mayor apetito al riesgo y unas capacidades que generan más posibilidades de absorción y los venezolanos en particular, tienen un perfil bien interesante desde el punto de vista de capacitación que permitiría hacer procesos de integración”, explica.
Claves para el año
La Unidad de Migración nació hace dos años para trabajar en conjunto con los gobiernos de la región y en la actualidad cuenta con 11 operaciones aprobadas en más de ocho países y más de 27 de carácter técnico en más de 11 naciones.
Este trabajo les permitió detectar determinadas claves acerca de la migración al finalizar el primer semestre, algunas de las cuales son nuevas y otras que persisten desde 2021.
Así, durante este año se ha observado un renovado compromiso e interés político en escenarios internacionales sobre el fenómeno migratorio en América Latina, con eventos como Foro de Examen de la Migración Internacional de Naciones Unidas y la Cumbre de las Américas, cuenta Muñoz.
Después, está la continuación de la ola del año pasado de procesos de regularización y de búsqueda de herramientas jurídicas para integrar a la población. “Es decir, que se sigue reconociendo que la solución ideal para enfrentar una circunstancia como esta es avanzar hacia un proceso de integración ordenada de los migrantes”, dice.
También, el experto destaca un movimiento importante de remesas que alcanza a llegar a US$ 127 mil millones en la región, con aumento de más del 25% respecto a años anteriores.
“Esta situación y a pesar de la circunstancia compleja, muchos de los migrantes que están en particular en EEUU y en España están devolviendo recursos a la región y esto se vuelve en una fuente interesante en temas de desarrollo económico”, explica.