Siete meses desde su inauguración cumplió la Oficina Presupuestaria del Congreso, y los ojos apuntan a su primera actuación de cara al erario 2020, que debe ingresar a la Corporación a más tardar el 30 de septiembre próximo.
Sin embargo, hay inquietud entre los expertos y legisladores que la impulsaron. “Está mucho más lento y con menos potencia de la que se esperaba”, advierte el senador Carlos Montes (PS), quien en enero le dio el vamos a la iniciativa y mientras fue presidente de la Cámara Alta trató de empujarla.
El diputado Pablo Lorenzini (DC), por su parte, duda de que se llegue a tiempo para el debate presupuestario y -por ahora- confía más en el trabajo de la Antena Parlamentaria OCDE de la Cámara Baja, que ha trabajado 13 informes complementarios, comenta.
La Oficina de Presupuestos del Congreso tiene como objetivos hacer un seguimiento de la ejecución de la Ley de Presupuestos manteniendo y profundizando los actuales documentos y productos; y efectuar el análisis y desarrollo de documentos que den cuenta de los informes financieros y de impacto regulatorio que acompañan los proyectos de ley.
Para su puesta en marcha se estableció que contará con nueve funcionarios aportados en partes iguales por la Cámara Baja, el Senado y la Biblioteca del Congreso.
Lenta marcha
¿Qué tanto se ha avanzado? El secretario general de la Cámara de Diputados, Miguel Landeros, -uno de los personeros que ha trabajado en la iniciativa- señala que el proceso de instalación aún está en marcha y así seguirá en lo que resta del año.
La oficina ya cuenta con un espacio físico en el tercer piso del Senado y los funcionarios están siendo destinados desde los distintos estamentos comprometidos.
El secretario general de la Cámara de Diputados, Miguel Landeros, y el diputado de la DC, Pablo Lorenzini, uno de los principales impulsores de la Oficina Presupuestaria.
“Vamos a tener que llamar a concurso también para algunos especialistas. Estamos tratando de potenciar otras capacidades, sobre todo en el manejo de big data”, dice Landeros. Las convocatorias se efectuarán una vez finalizada la discusión del Presupuesto 2020.
En lo administrativo, acordaron que este año la coordinación la tendría el Senado y el próximo la Cámara, a través de los secretarios de las comisiones de Hacienda respectivas. De ahí en adelante deben buscar una forma definitiva de organización para este servicio independiente, el que debe contar con su propio director hacia 2021-2022.
Hoy revisan los productos que generaba la antigua Unidad Presupuestaria del Senado y de la Cámara (creada en 2003) para tratar de unificar y hacer documentos más o menos similares, periódicos y con relevancia.
En paralelo, están en conversaciones con el Banco Mundial para que los visite un experto en este tipo de oficinas y les presente la experiencia del mundo anglosajón, porque hasta ahora conocen solo la latinoamericana. Se descarta de plano un símil con la de Estados Unidos, dada su magnitud y volumen de profesionales y recursos. No hay que olvidar que por tamaño, nuestro país es parecido al estado de California.
“Hay varios países que tienen experiencia en la región: Perú, Argentina incluso a nivel de sus provincias cuenta con oficinas presupuestarias; En México queremos conocer sus capacidades para tener nuestros propio modelo, no vamos a inventar la rueda”, comenta Landeros.
A fines de este mes esperan contar con una propuesta más detallada del proceso de implementación, y para ello cuentan con convenios de cooperación con distintas entidades, como el Observatorio Fiscal y otras ONG.
Erario 2020
Para el debate del Presupuesto 2020 no estarán aún al 100%, reconoce Landeros, pero al menos llegarán más preparados que en las discusiones previas.
Hasta la discusión del erario 2019, que está en plena ejecución, no lograban cubrir las cinco subcomisiones de Presupuestos. La meta ahora es estar presente en cada una de ellas y emitir los informes respectivos.
“Aquí hay un tema muy importante que probablemente vamos a zanjar durante la discusión del Presupuesto 2020, que es cuánto contribuye el Ejecutivo en la entrega de datos que podemos procesar. Podemos hacer 40 oficinas, pero si no nos dan datos sensibles no tenemos la posibilidad de trabajar y hacer los informes”, advierte Landeros.
La idea es que la información llegue a las comisiones y luego pase a la oficina para ser digerida y bajada para los legisladores.
Otro punto a tratar con Teatinos 120 son los recursos para funcionar. “Creemos que en la discusión parlamentaria de este año debemos hablar con Hacienda para que nos provea de recursos adicionales, porque tampoco podemos satisfacer todas las expectativas de la oficina con las dotaciones que las cámaras dispusieron, es como desvestir un santo para vestir otro”, añade.
Año clave
El secretario general de la Cámara recuerda que la oficina presupuestaria es una vieja aspiración que data de a lo menos 15 años.
A juicio de Landeros, el próximo año será clave para la nueva institución. “A partir del 1 de enero de 2020, se comenzará a hacer un trabajo más específico en materia de informes financieros, con análisis más paulatinos, vamos a tener una oficina con más fuerza y más atribuciones específicas, deberíamos dar el gran salto”, complementa.
Después viene todo el proceso con los decretos que dicte el Ministerio de Hacienda, su seguimiento, hasta el inicio del debate presupuestario en septiembre de 2020, cuando se cuente con los primeros informes cualitativos de algunos programas a estudiar. También van a crear su propia página web, ya que hoy comparten un espacio virtual en la página del Senado.
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