El cálculo de IPC en Chile tiene un problema metodológico no resuelto
Análisis de Bloomberg destaca que esto es particularmente relevante en un país donde cerca de la mitad de la deuda de Tesorería está indexada a la inflación y en momentos en que el mercado tiene todos los ojos puestos sobre los aumentos de precios.
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Una década después de las quejas de que en Chile se subestimaba la inflación por problemas metodológicos, algo sigue fallando en el cálculo de los precios al consumidor. Esto es particularmente relevante en un país donde cerca de la mitad de la deuda de Tesorería está indexada a la inflación y en momentos en que el mercado tiene todos los ojos puestos sobre los aumentos de precios.
En pocas palabras, el costo del vestuario y calzado está desacoplado del resto de los precios: cayó un 6,2% en los últimos cuatro años, mientras que el índice general aumentó casi un 30%, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La disparidad es extraña, sobre todo considerando que la mayor parte de la ropa es importada y el peso se ha debilitado un 21% en ese período.
El costo del vestuario y calzado está desacoplado del resto de los precios. La disparidad es extraña, considerando que la mayor parte de la ropa es importada y el peso se ha debilitado.
El descenso de los costos del vestuario también marca un fuerte contraste con pares como México, donde los precios han subido, y con la mayoría de los otros 37 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Muchos esperaban que el problema se resolviera en 2013, cuando el INE revisó su metodología, y de nuevo en 2019, cuando cambió la base estadística. Pero ese no fue el caso, pese a que en contraste con otros precios el costo del vestuario se ha moderado.
“Ha sido un problema sin solución”, dijo Felipe Alarcón, economista jefe de EuroAmerica en Santiago. “La discrepancia en los datos es significativa, a pesar de que han dicho que se han hecho cargo del tema”, dijo.
En respuesta a estas preocupaciones el INE destacó que “las variaciones anuales han sido contenidas” desde los últimos cambios en 2019 y que estaban en línea con los niveles internacionales.
La tendencia a la baja de la división de vestuario en 2022 y los años afectados por la pandemia, se explica por nuevas ofertas que buscan disminuir stock, “lo cual ha llevado a la industria a adoptar políticas comerciales agresivas en cuanto a precios”, dijo Leonardo González, subdirector técnico del INE en una respuesta enviada por correo electrónico. También, “la presencia de marcas propias que las empresas buscan potenciar ha generado un mayor dinamismo en el mercado en lo que respecta a ofertas y promociones”, dijo.
La inflación en Chile disminuyó a un 12,3% en enero y los costos del vestuario —excluyendo calzado— cayeron un 3,8%. Y si bien la ropa representa solo el 2,1% del índice de inflación, errores significativos en su cálculo incidirían en los precios de los bonos en UF que constituyen más del 90% de las emisiones corporativas, y alterarían los contratos en un país donde todo, desde las hipotecas hasta las matrículas escolares, está vinculado a los precios al consumidor.
Tendencia de la moda
Seguir el precio de la ropa es muy difícil. Las modas van y vienen, y artículos que eran muy codiciados un año, al siguiente están en oferta.
Pero hay algunas señales de que Chile se está equivocando. Al segregar por subdivisión, el precio de la ropa de hombre ha caído un 9,3% desde enero de 2019, mientras que el vestuario femenino ha bajado un 21%. En tanto, los uniformes escolares que son inmunes a los vaivenes de la moda y mucho más fáciles de medir, han subido un 32%.
En 2013, el entonces director del INE renunció después de que funcionarios se sumaran a economistas como Luis Arcentales, de Morgan Stanley, y Jorge Selaive, actualmente en Scotiabank, para cuestionar la metodología de medición de la inflación, y en medio de un escándalo sobre el censo. Los cambios metodológicos resultantes han mejorado la situación, según Sergio Lehmann, economista jefe de Bci en Santiago.
“Se ha logrado avanzar en materia de vestuario y otros, pero es necesario seguir mirando con atención estos componentes del IPC”, dijo Lehmann. “Se puede continuar avanzando en disponer de la mejor formulación para medir la inflación, entendiendo sus impactos sobre la política monetaria, formulación de expectativas, mercado financiero y bienestar”.
Si el INE considerara un nuevo cambio en la metodología, tendría un efecto en el mercado local de bonos, dijo Alarcón.
Pero tras variados intentos de modificaciones, deben tener cuidado de que “el remedio no sea peor que la enfermedad”, dijo.