Andrea Tokman, economista jefe de Quiñenco: “No antes del tercer trimestre veremos un cambio de tendencia” en la inflación
Advierte que se debe tener una mirada “súper paciente” de cada dato del consumo que vaya saliendo para no hacer movimientos en falso en la tasa.
- T+
- T-
De cara a la reunión que tendrá el Banco Central este jueves y viernes para analizar el nivel de la tasa de interés, el Grupo de Política Monetaria (GPM) se cuadró ayer con las expectativas del mercado y recomendó mantenerla en el actual nivel de 11,25%.
En medio de una actividad económica que continúa en su proceso de contracción, un mercado laboral que se enfría y avances en la reducción de la inflación, el GPM alertó sobre la persistencia del Índice de Precios al Consumidor (IPC) subyacente -hoy en 10,3%- y aquella de bienes no transables, que “indica que aún resulta prematuro comenzar con el ciclo de normalización de las tasas de interés”, dijeron.
“Me da la impresión de que hay algunos cambios en la política que pueden ayudar a que la actividad incluso llegue a ser levemente positiva”.
Así, el grupo integrado por los economistas Tomás Izquierdo, Carlos Budnevich, Eugenia Andreasen, Juan Pablo Medina y Andrea Tokman, esperan que la inflación vaya convergiendo hasta la meta anual de 3%, a menos que se den tensiones políticas y sociales internas o la aprobación de un nuevo retiro de los fondos de pensiones.
Frente a este escenario, Tokman considera que es “un ejercicio súper difícil” proyectar una fecha en la que el Central empezará con su primera baja. Esto, principalmente porque aún no se ha registrado un cambio sustancial respecto a la trayectoria futura de la inflación subyacente y la demanda agregada, la cual, a raíz de la liquidez que hubo durante 2021 por las ayudas fiscales y retiros, sigue presionando la persistencia de los precios.
“Y un dato por sí solo no genera la tendencia, entonces van a pasar varios meses todavía para que esto pase. Probablemente, no antes del tercer trimestre vamos a estar en condiciones de ver si hay un cambio de tendencia”, señala la economista jefe de Quiñenco.
A su juicio, el ajuste de la economía ha sido más lento de lo esperado y el consumo se mantiene alto, por lo que la caída en la actividad va a ser menor y no presionaría al Central para iniciar con los recortes.
Sin embargo, precisa que al mismo tiempo, el mercado laboral ya está empezando a mostrar un ajuste “fuerte”, por lo que ahí hay que empezar a poder ir entendiendo bien los patrones de la demanda por un lado, para tratar de más o menos predecir qué puede pasar con las presiones inflacionarias más adelante.
Tokman advierte que se debe tener una mirada “súper tranquila, súper paciente” de cada dato del consumo que vaya saliendo para no hacer movimientos en falso al bajar la tasa, ya que “tener que cambiar esa dirección tantas veces tiene un efecto perjudicial con respecto al mismo impacto de la política monetaria”.
Así, explica que antes de iniciar con los recortes, se tiene que entender que esa tendencia viene por elementos que están cambiando, como por ejemplo, del consumo. Motivo por el cual mientras siga abierto el debate de un sexto retiro de fondos de pensiones, se debe interpretar “con mucho cuidado” lo que pasa con los precios porque podría haber un cambio significativo.
“Habiendo retiro, esto se puede retrotraer y, de nuevo, no queremos dar pasos en falso”, indica.
Mejoras en el crecimiento
Cuando el Banco Central entregó sus proyecciones en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de abril e informó que para finales de 2023 esperaban un cierre con 4,6% de inflación, Tokman preveía que iba a ser un poco más alta.
Sin embargo, hoy “diría que se ven indicios de por lo menos de una persistencia inflacionaria un poquitito menos fuerte y, por lo tanto, el rango que ellos dan me parece razonable para la inflación”.
En cuanto a actividad, que el ente rector proyecta entre 0,5% y -0,5%, la economista tiene la impresión de que “hay algunos cambios en la política que pueden ayudar a que la actividad incluso llegue a ser levemente positiva”.
La mejora en la previsión se debe al desenlace de las elecciones de consejeros constitucionales del domingo pasado y que marcó un amplio triunfo del Partido Republicano.
“Eso va a influir en forma creo importante en los acuerdos, en reformas que son súper importantes hacia adelante tributaria, pensiones, salud; y esos son temas que nos tienen un poquito bloqueados”, dice.
Y agrega que “ahí hay un poquitito más de información que no está en las proyecciones iniciales del Banco Central, porque no teníamos cómo predecirlo”.
En su lectura de lo que está pasando con el mercado laboral -cuyas últimas cifras de la tasa de crecimiento anual del empleo fue de 2,4% y el desempleo se ubicó en 8,8%-, indica que hasta el momento no es muy auspicioso, pero que es una “buena y una mala noticia”.
En el lado negativo, menciona que las cifras muestran que las personas están saliendo a trabajar por necesidad “y están saliendo, porque de verdad sienten que se les acabó en el fondo los colchones que les permitían esperar a que las condiciones mejoraran y volver al mercado”.
Al contrario, una lectura más positiva sería que “mientras más personas están buscando trabajo, es menos lo que tienes que aumentar los salarios. Entonces, eso te permite bajar la presión inflacionaria”, dice la economista.