Un intenso trabajo para acercar el Servicio de Capacitación y Empleo (Sence) a las MiPyme es el que está liderando el subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, en el contexto del proyecto que busca reducir la jornada laboral a las 40 horas. Y, con este objetivo en mente, se conformó una mesa de trabajo con distintos actores involucrados.
¿La intención? Que las firmas de menor tamaño cuenten con mayores herramientas que les permita sobrellevar de mejor manera la reducción de la jornada laboral.
“Entendemos que parte de nuestros compromisos de conversación, a propósito de la mesa técnica de 40 horas, proyecto que está en trámite en la comisión de Trabajo del Senado, es avanzar en un trabajo que le permita a las MiPyme participar activamente en el Sence, para que sea mucho más próximo, cercano y eficiente para ellas”, dijo Boccardo el pasado 3 de octubre.
Una de las aristas, explicó el director nacional (s) del Sence, Rodrigo Valdivia, son los cambios a la franquicia tributaria del Sence, un incentivo tributario que se otorga a las empresas contribuyentes de primera categoría, que consiste en la posibilidad de descontar del impuesto a la renta que se paga anualmente, hasta el 1% de la planilla anual de remuneraciones de trabajadores por gastos incurridos en acciones de capacitación autorizadas por Sence.
En esa línea, Valdivia subrayó que acercar la franquicia tributaria a las MIPyme es un desafío que “se ha planteado con mucha fuerza”, y que requiere realizar análisis y modificaciones normativas que adapten el actual funcionamiento de la franquicia a las necesidades de formación de ese segmento de firmas en cuanto al financiamiento de la capacitación, agilidad de los trámites administrativos y relación con el Sence, entre otras.
“Estamos trabajando estas iniciativas con las asociaciones gremiales de micros, pequeñas y medianas empresas en un diálogo que esperamos comience a arrojar resultados graduales a implementarse desde el 2023 en adelante”, dijo.
La disposición es que tanto el diálogo, como la implementación de modificaciones, sea gradual, porque involucra varias etapas normativas, que tienen distintos ritmos y énfasis de tramitación. “Lo importante es construir un diagnóstico juntos para fortalecer el acceso de las MiPyme a la franquicia tributaria de capacitación y luego definir las modificaciones que será necesario impulsar”, precisó Valdivia.
El presidente de la Asociación de Organismos Técnicos de Capacitación (AGMO), Carlos Linares, se hace eco de la necesidad de avanzar rápidamente en cambios que permitan a las micro y pequeñas firmas acceder a sus beneficios.
“Hasta ahora, esta herramienta no permite el acceso a las empresas unipersonales, y se exige que deban tener una cierta cantidad de trabajadores”, cuestionó el vocero.
El reto para las autoridades, a su juicio, es cambiar este escenario. “Hoy, con las reglas actuales, muchas empresas quedan fuera”, acotó.
Desde la perspectiva de la gerente general de Irade, Carolina Parada, la franquicia requiere revisión en varios aspectos. Uno dice relación con los montos que financia la herramienta, ya que actualmente el tope varía según la renta de la persona participante. Mientras más alta, menor el aporte. “Sería necesario revisar el valor tope de la hora Sence, que se ha mantenido históricamente en los $ 5.000, sin considerar las alzas de salarios, inflación y devaluación del peso. Este punto es especialmente sensible de cara a la implementación de las 40 horas”, ejemplifica.
Otro aspecto a revisar para Parada es la agilidad a las solicitudes. Según cuenta, los plazos legales son 15 días hábiles, pero en la práctica puede demorarse dos meses o más llegando tarde a los requerimientos de capacitación para la inserción laboral o formación de habilidades específicas.
¿Qué dicen las cifras?
El debate sobre cambios al Sence es de larga data, pero no ha ocurrido y la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 repercutió de forma directa en el gasto que las empresas realizaron en capacitación. De hecho, a través de la franquicia tributaria cayó 19% en 2020.
Sin embargo, un año después se revirtió la situación de la mano de la mayor cantidad de capacitación y programas en formato online, y el gasto aumentó un 26%, totalizando $ 145.192 millones (ver gráficos).
Pese a este incremento, cayó el número de empresas que usó la franquicia, las que llegaron a 8.139 -lo que involucró a 803.824 participantes-, en contraste con las de las ejercicio anterior de 9.474 firmas.
¿Qué sectores fueron los más activos? Al mirar según cantidad de participantes, el listado lo encabeza comercio con un 14,3% del global, seguido por actividades inmobiliarias con 8,4% y, en tercer lugar, la industria manufacturera con un 8,2% del total.
Para la gerenta de desarrollo de capital humano de la Corporación de la Sofofa, Natalia Lidijover, estos números muestran un claro aumento, tanto en el gasto como en el número de participantes, pero no su impacto real.
“Estas cifras no permiten observar la magnitud y complejidad de las necesidades de las empresas, ni de su impacto en productividad o en la entrega de mejores herramientas a los trabajadores para desarrollar carreras ascendentes, reconvertirse laboralmente o la buscar nuevas oportunidades”, señaló.
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