Aumentan las denuncias de acoso laboral y sexual en medio de retorno a la presencialidad
De acuerdo a datos de FGE, el alza también se observó en temas relacionados con salud y seguridad y, adicionalmente, con faltas a la relación laboral, entre otras.
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Un año de ajuste está enfrentando el contexto laboral -ahora más presencial o mixto- y, en algunos casos, eso ha traído el retorno de prácticas nocivas. De hecho, en estos meses volvieron a aumentar las denuncias que los trabajadores realizan a sus empleadores sobre acoso laboral y sexual, las cuales habían bajado en medio de la pandemia, las cuarentenas y el teletrabajo. Este descenso, no obstante, había sido acompañado por alzas en quejas relacionadas con salud y seguridad.
Eso es lo que muestra el Estudio sobre Líneas de Denuncias de Fundación Generación Empresarial (FGE), entidad que desde hace más de doce años apoya a las organizaciones en la implementación de este tipo canales y consultas, así como con herramientas para gestionar la integridad de las distintas entidades.
Las denuncias relacionadas a salud y seguridad en el trabajo pasaron de 2,1% en el primer semestre de 2019 a 3,2% en el primer semestre de 2022.
De acuerdo con las cifras basadas en datos de 214 empresas, en el primer año de la crisis sanitaria subió significativamente la cantidad de denuncias promedio que recibían las organizaciones por parte de sus trabajadores.
Si en el primer semestre de 2019 cada firma recibía en promedio 6,6 denuncias, en 2020 subió a 9,2. En cambio, en 2021 bajó a 6,7 y en el ejercicio en curso aumentó a 7,1.
Para la gerente general de FGE, Fernanda Hurtado, los datos revelan que las tipologías de las denuncias se han visto afectadas por episodios críticos como la pandemia y que son sensibles a los cambios del contexto político, económico y social del país. “Esto refuerza la necesidad de que las organizaciones monitoreen permanentemente la situación de sus equipos, y prevengan y detecten a tiempo conductas que pueden ser nocivas”, dice.
Durante la emergencia del Covid-19, tanto el acoso laboral como el sexual habían reducido su peso en el total de denuncias. Así, en enero-junio de 2019, el primero representaba el 13,2% del total recibido y el segundo un 2%. Luego, en igual lapso de 2020, bajó a 9,5% el primero y a 0,6% el segundo.
Sin embargo, la vuelta a la presencialidad desde 2021 ha aumentado los números en estos ámbitos. En los primeros sesis meses de ese año, las denuncias de acoso laboral y sexual subieron a 11,3% y 2%. Y, en el presente ejercicio, el acoso laboral representó el 17,3% del total, mientras que el sexual alcanzó a 2,5%.
Para Hurtado, es muy probable que el incremento de se deba al retorno al lugar de trabajo y al hecho de que, con el tiempo, hay comportamientos que dejaron de normalizarse entre los equipos. “La vuelta a la presencialidad amplifica los espacios de exposición, pero además las empresas han cumplido un rol muy activo para informar a los colaboradores sobre prácticas impropias y disponer de herramientas, como las líneas de denuncias, para combatirlas”, explica.
“Las empresas han ido haciéndose cargo de la prevención de estas situaciones, disponiendo herramientas”, dice Fernanda Hurtado. gerenta general de FGE.
Para la vocera, existe una preocupación creciente de parte de las organizaciones por abordar este tipo de conductas.
Ello, porque cuando ocurren situaciones de acoso, el problema no es solo de los que realizan estos condenables actos. “Toda la organización se ve afectada al enfrentar casos de este tipo. No solo porque es necesario realizar investigaciones profundas, se puede producir un empeoramiento del clima interno y se genera una gran incertidumbre entre los colaboradores respecto de las medidas y/o sanciones eventualmente aplicables para erradicar estas prácticas”, dice.
Otros frentes
Los datos muestran que otras denuncias que aumentaron con la pandemia fueron las faltas al reglamento interno, que pasaron de 4,5% en el primer semestre a 8,2% en 2020, pero que en 2022 bajaron a 4,4%. En el caso de las denuncias relacionadas a salud y seguridad en el trabajo, pasaron de 2,1% en 2019 a 3,2% en el primer semestre este año.
“Es muy probable que este tipo de denuncias estuviera motivado por las dudas de los trabajadores respecto a la modalidad de teletrabajo implementada en cada una de las empresas y quizás también por menor supervisión de jefaturas y/o de los mismos sistemas de control de las instituciones en el contexto de la adaptación a la nueva forma de trabajar”, dice el informe.
Las acciones
Para las empresas, es clave contar con herramientas que permitan abordar de mejor manera todo tipo de situaciones complejas, ya sea situaciones de fraude, malversación, acoso u otros.
La gerente Ética y Cumplimiento de SMU, Paula Vásquez, cuenta que en la firma están convencidos de la importancia de contar con un ambiente laboral en que cada uno de sus trabajadores pueda manifestar y plantear inquietudes o eventuales infracciones sobre temas éticos, legales, normas internas o de otra índole, “de forma directa, transparente, con confianza, sin temor a represalia, con reserva y confidencialidad”.
Según precisa, la empresa cuenta con procedimientos definidos que facilitan la investigación y resolución de las denuncias.
“Desde 2018 en la compañía tenemos este canal que nos ha permitido gestionar de mejor manera cada una de las situaciones que se han presentado y encontrando así oportunidades de mejora en los distintos ámbitos en que nos vemos involucrados en el día a día. Esta vía también brinda el espacio para abordar temas relacionados con libre competencia, prevención del delito, entre otros”, relata.
Para la gerente de compliance de Entel S.A, Margarita Walker, contar con canales de denuncias y consultas al interior de las empresas es una manera “de vivir la sostenibilidad”, ya que desde su perspectiva “son excelentes herramientas para detectar oportunidades de mejora y así construir una cultura de integridad y respeto”.
Desde su óptica, para instalar un canal de denuncias efectivo es fundamental contar con políticas y procedimientos establecidos y conocidos por la organización, “para velar por la integridad corporativa y asegurar comportamientos acordes con nuestras convicciones, y asimismo que tanto denunciantes como denunciados tengan claridad sobre los procesos a desarrollar y las posibles consecuencias del mismo”.
Una opinión similar entrega la auditora corporativa y responsable de la Unidad de Auditoría Interna y Riesgos de grupo Emaresa, Valeria Martínez, para quien los canales de denuncia y protocolos además de permitir detectar transgresiones y conductas irregulares “le dan tranquilidad a los trabajadores, de que cualquier situación que puedan tener, la empresa lo va a monitorear”.
Esto, además permite transmitir que “a todo público interesado, colaboradores, clientes y proveedores cuál es nuestra forma de hacer las cosas, y lo comprometidos que estamos con la integridad”, dice Martínez.
Los ejes centrales del Convenio 190 de la OIT que erradica la violencia en el mundo del trabajo y que Chile busca ratificar
Hace unas semanas, el Presidente Gabriel Boric anunció que Chile ratificaría el Convenio 190 de la OIT, para lo cual ingresó un proyecto de ley al Congreso.
Dicho texto plantea que el acoso laboral y sexual deben entenderse como “un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables o de amenazas de tales comportamientos y prácticas, ya sea que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tengan por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género”.
De aprobarse la iniciativa que está en el Congreso, el Estado tendría la obligación de adoptar un enfoque inclusivo, integrado y con consideración de género para prevenir y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, lo que implicaria actualizar la legislación al respecto.
Estos cambios implicarían, por ejemplo, establecer vías de reparación, así como a mecanismos y procedimientos de notificación y solución de conflictos.