Académico español advierte sobre uso de la IA para cobrar impuestos: "Nada será igual en unos pocos años en la aplicación de los tributos"

Santiago será el epicentro de la discusión tributaria en la región durante octubre. Entre los días 13 y 18 del próximo mes, el hotel Sheraron albergará las XXXII Jornadas Latinoamericanas de Derecho Tributario, que reunirá a expositoresde la comunidad tributaria de Chile y Latinoamérica, incluyendo Italia, España y Portugal, para conocer, profundizar y debatir los temas más relevantes de la agenda actual en la región.

Entre los focos de discusión del evento, organizado por el Instituto Latinoamericano de Derecho Tributario (Iladt), hay uno que resalta: el uso de la Inteligencia Artificial (IA) de parte de las autoridades tributarias para facilitar la fiscalización y el correcto pago de los impuestos.

“Sin perjuicio de que resulta justificada la utilización de estas nuevas tecnologías y sistemas para la necesaria lucha contra el fraude fiscal, su empleo no deja de plantear controversias e interrogantes acerca de los potenciales daños a los derechos de los contribuyentes”.

Un tema donde Fernando Serrano Antón será uno de los principales expositores. El académico español de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Complutense de Madrid tiene una extensa experiencia en dicha casa de estudios y en el ayuntamiento de Madrid, donde llegó a ser director general de la Oficina del Defensor del Contribuyente de la capital española.

Doctor en Derecho por la Complutense de Madrid, el especialista aborda la discusión sobre el uso ético de la IA en las administraciones fiscales, así como se adentra en el debate sobre su aplicación en Chile, justo en momentos en que se aprobó la nueva ley que refuerza el cumplimiento de las obligaciones tributarias de los contribuyentes.

- ¿Cuál es el mensaje principal que trae a Chile?

- Hay que partir de una realidad y es que las administraciones tributarias de todo el mundo han vivido un profundo proceso de digitalización y han realizado grandes inversiones en tecnología. Esta disrupción ha producido una catarsis en los procedimientos tributarios y en la forma en la que las administraciones se interrelacionan con los contribuyentes. Las administraciones tributarias no esconden que han desarrollado herramientas informáticas, muchas de ellas basadas en la Inteligencia Artificial, Big Data y analítica avanzada, con el uso de algoritmos, para cumplir con sus objetivos de eficiencia y eficacia.

La administración tributaria chilena no es una excepción. Muy al contrario, se trata de una de las administraciones tributarias más avanzadas en la región.

- ¿En qué se refleja esa adopción en Chile?

- Es importante identificar la gran variedad de los usos de estas técnicas por parte de la administración tributaria, que van desde la clasificación de contribuyentes, al análisis de riesgos, pasando por la detección de transacciones fraudulentas. Asimismo, se ha identificado el uso estratégico de los datos en la automatización de procesos y en la asistencia a los contribuyentes a través de distintos canales.

Ahora bien, desde un punto de vista legal, hemos observado que los distintos países analizados no posee una legislación específica sobre el uso de la Inteligencia Artificial por las administraciones tributarias, sin perjuicio de recomendaciones y principios que se han dictado para guiar un uso ético en el sector público del país, o bien algún tipo de plan de carácter genérico. La balanza está claramente inclinada hacia la eficiencia administrativa, con una cierta desatención de los derechos y garantías de los contribuyentes en este nuevo modelo aplicativo de los tributos.

- ¿Cuán disruptiva puede terminar siendo la IA en el mundo tributario?

- La modernización de las administraciones tributarias de los últimos años no ha sido acompañada de la contratación de un mayor número de funcionarios, justo al contrario. El número de éstos se ha venido reduciendo en los últimos años, si bien la recaudación se ha incrementado. Estamos en presencia de una auténtica revolución en la forma de administrar los tributos. Nada será igual en unos pocos años en la aplicación de los tributos.

Entre los avances más significativos que la digitalización ha permitido a las administraciones tributarias deben citarse, entre otros, la asistencia e información a los contribuyentes a través de chatbots, la automatización de procesos en la administración tributaria y, sobre todo, las distintas técnicas desplegadas en la lucha contra la evasión y el fraude fiscal.

Una administración tributaria moderna se basa en el dato, y para la IA el dato es como la gasolina. Cuanta mayor sea la cantidad de datos y su calidad, mayor eficacia tendrá la lucha contra la evasión fiscal.

- ¿La IA aumenta el riesgo de que se vulneren los derechos de los contribuyentes?

- Sin perjuicio de que resulta justificada la utilización de estas nuevas tecnologías y sistemas para la necesaria lucha contra el fraude fiscal, su empleo no deja de plantear controversias e interrogantes acerca de los potenciales daños que puedan infringirse a los derechos y garantías de los contribuyentes. La necesaria lucha contra el fraude fiscal no puede ser la excusa para cercenar los derechos y garantías de los ciudadanos sin ningún tipo de cautelas o restricciones, tampoco en lo que se refiere al uso de estos novedosos medios tecnológicos.

Así, la existencia de sesgos y la necesaria transparencia y explicabilidad son dos de los aspectos que se deben analizar cuando se implementa y se utiliza cualquier sistema de Inteligencia Artificial y que, especialmente en el ámbito tributario, deben ser abordados con rigor y responsabilidad.

Así, no es infrecuente que, como consecuencia del propio funcionamiento (incorrecto) del sistema de inteligencia artificial o de la fuente, etiquetado o tratamiento de los datos de los que se alimenta, los resultados obtenidos por el sistema de manera automática sean incorrectos, presenten determinadas inexactitudes y/o se vean condicionados (o sesgados) por aspectos tales como clase social, ideología política, edad, nivel de rentas, género, raza o nacionalidad, entre otros factores que se pueden considerar irrelevantes o injustificados (y que pueden vulnerar los principios de igualdad ante la ley y de no discriminación).

En este sentido, el sistema de IA debe partir de datos veraces, completos y representativos de la realidad y no dar lugar a sesgos o discriminaciones.

- ¿Es más bien optimista o pesimista respecto al uso de la inteligencia artificial en el marco de hacer más eficientes a las administraciones tributarias?

- Apoyo el uso de la Inteligencia Artificial en el ámbito tributario. Sin embargo, es esencial implementar medidas que aseguren un uso adecuado y controlado de estas tecnologías.

En este contexto, si deseamos que los ciudadanos confíen en la utilización de sistemas de IA por parte de las administraciones tributarias, y que dichos mecanismos gocen de la aceptación, legitimidad y legalidad necesarias, es fundamental promover medidas que fomenten su control social adecuado, como transparencia técnica (publicar los aspectos técnicos, los algoritmos y los datos utilizados por estos sistemas de IA en la toma de decisiones, con las restricciones necesarias para garantizar su efectividad en la lucha contra el fraude fiscal); implementar auditorías, supervisión y mecanismos de rendición de cuentas por parte de la propia administración tributaria para asegurar su correcto funcionamiento; y establecer un marco normativo y ético específico sobre el uso de la IA por parte de la administración tributaria, que proteja los derechos y garantías de los contribuyentes.

- ¿Cómo ha visto a la administración tributaria chilena en su uso de la Inteligencia Artificial? Ha habido polémica por fiscalizaciones y auditorías realizadas por la IA y cómo respetan o no los derechos de los contribuyentes.

- El Servicio de Impuestos Internos de Chile comenzó en los años 90 con su proceso de automatización y digitalización. El desarrollo tan arrollador de la tecnología junto con distintas iniciativas legislativas ha supuesto un avance constante y decidido del uso de la IA en la administración chilena. Algunos ejemplos han sido la factura electrónica obligatoria, las declaraciones de impuestos por medios electrónicos y las facultades de fiscalización por estos mismos medios.

Así, se ha procedido a la segmentación de contribuyentes de acuerdo con su nivel de riesgo global y se han llevado a cabo procedimientos de fiscalización más específicos para detectar fraude y anomalías mediante el uso de facturas falsas. Por otro lado, también se ha usado la tecnología para asistir y guiar a las contribuyentes del país, no sólo gracias a los diversos servicios digitales que la administración tributaria ofrece, sino que también a través de iniciativas más innovadoras, como el uso del chatbot Sofía, por ejemplo.

Lamentablemente, hoy no existe una regulación del uso de la IA ni en un plano general ni por la administración tributaria. Tampoco existe un catálogo de derechos de los contribuyentes específicos sobre la materia, dada la disrupción producida, ni tampoco ha habido un reforzamiento de los derechos y garantías existentes. Sin embargo, en base a la Política Nacional de IA de Chile se han dictado principios y recomendaciones éticas que los servicios públicos, incluido el SII, debiesen seguir.