La pobreza ha disminuido
levemente en América Latina y el Caribe en el último año, pero aún
afecta a 182 millones de personas, equivalentes al 33,2%
de la población, según un informe difundido hoy en Santiago por la
Cepal.
La cifra supone casi un punto menos que el 34,1% de
pobres (184 millones) que había en la región en 2007, de acuerdo con
las proyecciones del Panorama Social 2008, presentado hoy por la Comisión Económica de América Latina y el
Caribe (Cepal).
Sin embargo, la indigencia o pobreza extrema tuvo un leve
aumento, al pasar de un 12,6% en 2007 (68 millones de
personas) a un 12,9% (71 millones), según las cifras
proyectadas para el 2008.
El organismo de Naciones Unidas advirtió, además, que por efectos
de la actual crisis internacional, el empleo se estancará el próximo
año, especialmente entre los trabajadores por cuenta propia e
informales, lo que se traducirá en un incremento, aunque moderado,
de los pobres e indigentes.
El documento, que fue presentado por la secretaria ejecutiva de
la Cepal, Alicia Bárcena, señala que los avances contra la pobreza y
la indigencia han tenido en 2008 un comportamiento menos favorable
que en el quinquenio 2002-2007.
En ese período el número de personas que viven en la pobreza
disminuyó un 9,9% (37 millones de personas), mientras el de
indigentes bajó un 6,8% (29 millones de personas).
Según la Cepal, las cifras de pobreza e indigencia reflejan el
impacto del aumento de la inflación registrado desde principios de
2007 y, en especial, el alza en los precios de los alimentos, aunque
en los últimos meses éstos y los de los combustibles han dejado de
subir en la región.
La Cepal prevé que la crisis mundial se reflejará en la región en
una menor demanda de bienes de exportación y en una reducción de la
inversión en el sector productivo.
Además, se registrará una disminución de las remesas de los
emigrantes y limitaciones que sufrirán los países emergentes en los
mercados financieros internacionales.
En ese contexto, espera que el empleo se estanque durante el 2009
y que los salarios reales se mantengan, en promedio, sin
variaciones, o disminuyan levemente.
Las previsiones del organismo indican un deterioro del ingreso de
los hogares, que se concentraría en los trabajadores por cuenta
propia y los asalariados informales, cuyos empleos son más sensibles
al ciclo económico.
Asimismo, es probable que la pobreza y la indigencia crezcan
levemente, extendiendo el comportamiento negativo ya iniciado en
2008, con pocas diferencias entre los países.