La Cámara de Comercio de Santiago
(CCS) indicó que en los próximos años la economía chilena crecerá a una
tasa cercana al crecimiento potencial, es decir, entre 4,5% y 5%.
Esta
previsión da cuenta de cierto grado de dificultad de la economía para
retomar el dinamismo observado a entre mediados de los ochenta y
mediados de los noventa, señaló la entidad.
Esta dificultad es
básicamente de origen interno y ocurre pese a las favorables
condiciones que han presentado y aún presentan los mercados externos.
Su raíz está relacionada con un virtual estancamiento de la
productividad de los factores a lo largo de los últimos cinco o seis
años, y no hay elementos visibles que permitan estimar por ahora un
cambio relevante en esta trayectoria, señaló la CCS.
El
debilitamiento sostenido de la productividad opera en forma transversal
a la economía, afectando el potencial competitivo en los mercados
externos y -por ende- a las exportaciones, medidas en términos de sus
quantum.
Afecta también la inversión, el empleo, y la
capacidad de incrementar el consumo privado, por los menores
requerimientos de formación bruta de capital que se derivan de un
frente exportador severamente dañado por la debacle del tipo de cambio
y los aumentos de costos de producción.
2009 y 2010
Las
proyecciones de la CCS están más bien en un escenario intermedio,
señaló la entidad, en el sentido que mantienen un moderado grado de
optimismo respecto de los volúmenes que efectivamente se exportarían a
lo largo del próximo bienio a los mercados externos.
En
efecto, se proyecta una expansión de 6,5% real tanto para 2009 como
para 2010, que si bien es algo mejor que el promedio del trienio
2005-07, está muy por debajo de los registros 1991-1995 (cercano al
10%), y 1996-2000 (8,4%).
Este moderado optimismo descansa en
el supuesto de que la normalización de los precios de los productos
básicos, principalmente del cobre, permitirá una recuperación en el
tipo de cambio real y por ende, de los márgenes económicos y
financieros de los sectores exportadores en general.
La
inversión, por su parte, se proyecta con una tasa de aumento de 7,1% en
2009 y 7,5% en 2010, que reproduce el estándar histórico, según el cual
se requieren alrededor de 1,5 puntos porcentuales de expansión de la
inversión por cada punto de crecimiento del PIB.
La tasa de inversión se ubicaría en un 27% del PIB en 2010, superior al 25% que se registró en 2007.
Dólar, inflación y empleo
La
normalización de los precios internacionales de los productos básicos
generará un estrechamiento en las cuentas externas y fiscales, afirmó
la CCS, lo que darían lugar a una moderada y ordenada recuperación del
tipo de cambio nominal.
Se estiman alzas del orden de un 6%
por año, que llevarían al tipo de cambio a fines de 2010 en torno a los
$550 por dólar, nivel más consistente al prevaleciente en 2003.
En
materia inflacionaria, la CCS prevé una convergencia de los precios
hacia el centro del rango meta del Banco Central en 2010 (3%), producto
fundamentalmente de la gradual normalización de los precios
alimenticios y energéticos y de la desaceleración de la demanda
interna.
Subyace en este escenario una fase de menor expansión
internacional que puede restar entre medio punto a un punto al
crecimiento mundial.
La proyección de empleo también es acorde
con el resto de los parámetros estimados. Se prevé una expansión de
alrededor de 2% anual en la ocupación en ambos años, y de 1,8% en los
salarios reales, atendiendo a una creciente participación femenina en
los mercados laborales.
La tasa de desempleo caería
gradualmente a alrededor de 6,5% en 2010, que es equivalente a los
niveles mínimos históricos en la economía chilena. La masa salarial
real, medida en pesos, tendría un crecimiento del orden de 4% promedio
por año. La masa salarial, medida en dólares, tendría un crecimiento
muy reducido, de sólo 1% por año, debido a la recuperación prevista del
tipo de cambio a lo largo del bienio 2009-2010.
El consumo
privado tenderá a perder algo de fuerza respecto de lo observado en los
últimos tres años. La moderada recuperación del tipo de cambio nominal,
por efecto de la convergencia de los precios internacionales de la
canasta exportadora de la economía chilena, restará fuerza a los
salarios medidos en dólares.
Ello afectaría parcialmente el
poder adquisitivo de hogares e individuos, sobre todo en bienes de
consumo habitual de carácter transable. De esta forma, se estima
difícil mantener el dinamismo del 7% y 7,5% real de los últimos años,
por lo que la proyección apunta más bien a un 6,3% real.
Gasto fiscal
El
frente fiscal seguirá dando lugar a holguras significativas que
permitirían mantener un ritmo de crecimiento del gasto fiscal muy
expansivo.
La discusión presupuestaria para el año fiscal 2009
deberá enfrentar con alta probabilidad un nuevo ajuste del precio de
largo plazo del cobre, el que podría bordear en esta oportunidad los
US$ 2 por libra.
En tales condiciones, el gasto fiscal tendría
campo para crecer por sobre el 10% real en 2009, dificultando los
equilibrios macroeconómicos y el rol de la política monetaria.
La
CCS ha destacado la gran fortaleza que ha significado para la economía
chilena la institucionalidad del balance fiscal estructural, pero
reitera la necesidad de introducir un ancla adicional en el gasto
público, de manera de evitar que el gasto fiscal se aleje
sustancialmente del crecimiento del PIB.
El crecimiento
promedio del gasto fiscal en los últimos cuatro años ha sido de 7,5%
real, y el del PIB sólo 4,8%, profundizando la tasa de revaluación del
peso y el alza de la inflación.
La CCS concluye que el
crecimiento del PIB va al paso de su potencial de mediano plazo, entre
4,5% y 5% real por año, resultando difícil proyectar expansiones
mayores, del orden del 6% y 7% por año, de no mediar avances
importantes en materia de productividad y reformas modernizadoras de la
economía.
La CCS estima que sólo de ese modo podrá
fortalecerse el sector exportador, que es el principal vehículo para
elevar el crecimiento de largo plazo de la economía chilena.
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