Desde la renuncia del ex timonel de la UDI, Ernesto Silva, en las filas gremialistas ha cundido la preocupación porque en el marco de la búsqueda de una nueva directiva se profundice la división interna, por lo mismo es que mayoritariamente los representantes del partido se inclinan por acordar una mesa de consenso que sea ratificada el 10 de abril por el Consejo General.
Por estos días un pequeño grupo ha expresado internamente su preocupación acerca de que la renuncia de Silva sea utilizada como excusa para sostener que las nuevas generaciones no están preparadas para conducir el partido. Una postura que en privado efectivamente han adoptado algunos representantes de la colectividad. Sin embargo, el principal problema que la UDI debe resolver es la soterrada pugna que amenaza con estallar en el Consejo General de abril, ya que la instancia está generando altas expectativas en algunos consejeros.
Previendo que el cónclave pudiera transformarse en tierra fértil para sacar a colación diferencias profundas con la estrategia que el partido ha utilizado para enfrentar el caso Penta y que provocó la caída del ex timonel, un sector de la UDI llegó a la convicción de que ese escenario puede resultar a lo menos incómodo para la tienda por lo que lo mejor sería llegar a dicha instancia con el acuerdo de que la próxima directiva se definirá por consenso y no a través de una contienda interna.
Esa es una de las definiciones que al cierre de esta edición se debatían en la Comisión Política del gremialismo, convocada también para ratificar la presidencia interina del diputado Javier Macaya -y quien fuera el secretario general de la mesa de Silva- hasta el día del consejo que deberá elegir una nueva directiva, la que desde el entorno del ex presidente esperan que encabece el propio Macaya.
No obstante, el nombre del diputado no genera consenso para encabezar la futura mesa, ya que en el partido hay quienes dan por hecho que se requiere una persona de más experiencia para encabezar la tienda en una etapa como la que atraviesa la UDI.
Por otra parte, está el debate de hasta dónde se pretende avanzar en medidas disciplinarias en el marco de la investigación del caso Penta. Ello, porque una de las cosas que se le criticó a Silva es que no haya definido una fórmula para salvar la institucionalidad y separar al partido de las figuras que están siendo puestas en tela de juicio. Uno de ellos, el más influyente de los coroneles, el ex senador Jovino Novoa, quien incluso habría sido uno de los autores de la estrategia adoptada por la directiva liderada por el diputado por Las Condes.
Cautela en RN
Mientras, desde la casona de Antonio Varas siguen con atención el proceso que a traviesan sus socios. Si bien la postura oficial es no opinar acerca de las definiciones que debe adoptar el gremialismo, en privado confiesan cierta preocupación acerca de que su electorado no vaya a pensar que las nuevas generaciones fracasaron en la derecha, por lo ocurrido con la UDI.