Por Denisse Vásquez huerta
Santander Chile ve señales positivas en el desempeño de la economía local, pero las circunscrible al corto plazo. La prudencia, según se desprende de la visión del economista jefe de la entidad, Pablo Correa, pasa por los factores más bien de carácter transitorio que tienden a impulsar hoy la actividad, como una política fiscal expansiva y la depreciación del tipo de cambio.
De hecho, precisa que el aumento en la proyección de crecimiento del PIB para este año -de 2,6% a 2,8%- se apoyó en el efecto sobre el ingreso disponible de los consumidores y la reducción de costos en las empresas que generará la baja en el precio del petróleo.
La pregunta, advierte no obstante Correa, es ¿después de eso qué? "Ahí está la alerta y lo que tiene nuestros radares encendidos", responde.
- ¿Tiene que ver con eso que las expectativas tanto de los consumidores como de las empresas se mantienen en terreno pesimista?
- Si observamos qué explicó haber pasado de 4,2% a 1,9% en 2014 fue básicamente una caída muy potente en la inversión y una baja significativa, pero no tan potente, en consumo. Lo que explica la disminución potente del consumo, es que el consumo privado de bienes durables está en el suelo y eso tiene que ver con expectativas.
La caída en las expectativas, que fue lo que generó el frenazo fuerte en 2014, no se han corregido todavía. Dejaron de caer y se estabilizaron en terrenos más neutrales, pero aún siguen negativas.
Es decir, le echaste toda la gasolina, enchulaste el auto lo más posible y está corriendo a 50 kilómetros por hora, que es este 2,8%.
- ¿Eso es lo que impide tener una visión más optimista para la actividad local este año?
- La variable que primero reacciona y la más cíclica es la inversión y para este año nosotros estamos con un crecimiento del consumo privado -que es básicamente dos tercios de la demanda- bastante flojo, de 2,2%.
- En su informe trimestral ustedes identifican brotes verdes en el consumo, ¿eso está más ligado al consumo de gobierno?
- El sector público está gastando en forma importante. Y respecto al consumo privado, hasta ahora el mercado laboral lo ha acompañado, pero las expectativas no han dado luces de mejorar y ésa es la gran pregunta.
Nosotros para 2016 esperamos un 3,6% y si miramos algunas encuestas como el Consensus Forecast, donde la serie larga de crecimiento es hasta el 2020, no hay ningún número para ningún año con crecimiento sobre el 4%.
Ese es un tema para levantar las alertas y no dejarse engolosinar por las cifras puntuales más coyunturales que vamos a ver durante estos meses y que efectivamente van a ser mejores por efecto de base de comparación, del empleo agrícola, pero son todos temas transitorios.
El impacto de una institucionalidad en crisis
- Si mejora el crecimiento de manera persistente, ¿sería igual con las expectativas o hay otros elementos que están jugando en contra?
- El año pasado el componente de reforma tras reforma claramente era el gatillante, pero ya en enero de este año había una sensación distinta, todos los indicadores de expectativas -consumidores, sectoriales, empresariales-, dejaron de caer. El ambiente de 'reformitis' cambió, ahora apunta más bien a administrar las reformas que a seguir cambiándolo todo y creo que las expectativas dieron cuenta de eso.
Lamentablemente, en febrero fueron otros elementos públicos que van a tener consecuencias sobre las expectativas sin lugar a duda (...). El riesgo importante, que creo sería un bombazo -y en parte lo está siendo-, es que se instale la sensación producto de lo que ha sucedido tanto a nivel público como privado, de que la institucionalidad está en juego y esto tiene un efecto a nivel macroeconómico sin lugar a dudas, y podría representar un shock mucho mayor sobre las expectativas que el que tuvo el paquete de reformas en 2014.
- En esa línea, ¿cómo evalúa la respuesta del gobierno, la creación del consejo asesor contra los conflictos de interés? ¿Las medidas van por buen camino o falta más mano dura para que casos como Penta o Caval no se repitan?
- La solución no depende enteramente del Ejecutivo. Acá se va a poner a prueba el espíritu del Poder Legislativo, del Poder Judicial, sin lugar a dudas del Ejecutivo y también del sector privado, que tendrá que reconocer que probablemente estos no son temas puntuales de una empresa y, en ese sentido, en mi opinión, tienes que ser sumamente draconiano.
- Los últimos escándalos también se han mirado desde el exterior, en términos de los inversionistas. ¿Su matriz en España ha manifestado preocupación por esta contingencia?
- No puntualmente, para nada. Pero respecto de la visión extranjera, una de las cosas que hacía -y todavía hace- atractivo a Chile, un mercado pequeño, geográficamente lejano y exportador de materias primas, es que es un país serio, donde las instituciones funcionan y ese es un activo que hoy tienes que mantener y defender con uñas y dientes.
- ¿Hay riesgos de que este activo se pierda con casos como estos?
- Los casos vistos son aislados. Estoy de acuerdo con el ministro Peñailillo cuando dice que este país no es corrupto y el mismo hecho de que el mundo político y también la ciudadanía se levante con fuerza contra ellos demuestra que no son tolerables; no creo que eso esté en juego.
Sí creo que está en un punto de inflexión, donde si no se maneja de forma adecuada el país podría estar latinoamericanizándose más de la cuenta.
Aquí debes tener una institucionalidad público y privada que funcione y funcione bien, no hay medias tintas. Éste es un desafío y una oportunidad al que hoy día el país entero, no solo el gobierno, no puede entregar una respuesta tibia.
Menor PIB de China: una buena noticia en el "mediano plazo"
En el plano internacional, este 2015 tendrá de dulce y agraz para la economía chilena bajo la óptica de Pablo Correa.
Por el lado financiero, afirma que los temores de un apretón en los términos de financiamiento externo -incluso con una inminente alza de tasas en EEUU-,
no se han producido "y eso es una buena noticia".
Otro antecedente favorable, en particular para el sector exportador, es que Estados Unidos volverá a ser el motor de la economía mundial, menciona Correa.
Y si bien dice que Europa no sorprenderá positivamente, señala que dejó de ser una sorpresa negativa, lo que también es bueno. "Si hay una recuperación que va a ser lenta por definición es la Europea", resalta.
La mala noticia, advierte, es Asia, ya que una China que crece sobre el 10% "se fue para no volver" e, incluso, prevé que no superará el 7%. Su proyección es que el PIB del gigante asiático llegue a 6,8% en 2015.
¿Cómo impacta esto a la economía local? En opinión de Correa, el menor crecimiento chino tendrá un impacto negativo para Chile en el corto plazo, porque ya no podrá descansar en esa nación como un comprador de cobre a altos precios.
Sin embargo, esto generaría que el metal vaya disminuyendo en importancia en la canasta de exportaciones, lo que es una buena noticia en el mediano plazo e
implica un desafío para Chile: sumar valor agregado a las exportaciones.
En términos de la región, Correa explica que el impacto de un escenario negativo no es a nivel de comercio exterior, sino de tipo de cambio. "No olvidemos que, en términos nominales, el peso chileno nunca ha estado más depreciado que en octubre de 2002 antes de que Lula fuera electo presidente", recuerda, aludiendo al escenario político/económico actual de Brasil y que Correa no sabe a ciencias cierta como se resolverá.
Santander ve con preocupación el desempleo pero no el alza del dólar
Las proyecciones que entregó Banco Santander ayer en su último informe trimestral no variaron mucho del escenario planteado en diciembre pasado, aunque el moderado optimismo para Chile no se limitó a su estimación de crecimiento. También mejoraron sus pronósticos para la demanda interna, de 2,3% a 2,5% y en consumo, de 2,0% a 2,2% en términos privados y de 5% a 5,5% por el lado público.
En términos de inversión, el documento señala que retornará a su tasa de crecimiento histórica "cuando las expectativas sean optimistas nuevamente" y para 2015 solo anticipa un crecimiento de 1,9% (1,8% anterior).
De acuerdo a Santander, el empleo es otra variable que se vio afectada por razones coyunturales y, tal como explica Correa, "las dinámicas que vimos en 2014 en el mercado laboral difícilmente se van a repetir el 2015".
¿Cuáles son estás dinámicas? Un crecimiento importante del empleo vinculado al sector público, la generación de empleo agrícola y el alza observada en los empleos por cuenta propia, elementos que generaron un panorama bastante positivo en términos de ocupación.
Santander estima que el desempleo se incrementará en los próximos meses para promediar 6,8% este año.
En términos de tipo de cambio, Correa destaca que la depreciación del peso chileno responde básicamente a la fortaleza de Estados Unidos más que a una debilidad local, razón por la cual no lo ve como un tema preocupante desde un punto de vista estructural.
"Probablemente, cuando se produzcan los incrementos de tasa en la Fed, vamos a ver movimientos de capitales y podemos tener peak en torno a $ 650, pero ya hacia finales de año con el ciclo de normalización de tasas norteamericana en camino, el tipo de cambio debiese apreciarse en términos reales", sostiene Correa.
La proyección de la entidad apunta a que la paridad cierre el año en torno a los US$ 635.
Con una moderación en el traspaso del tipo de cambio, la inflación también debería ceder hacia niveles de 2,9% a fin de año, lo que llevaría a la mantención de la política monetaria en 3% durante todo 2015. "Nosotros vemos alza en la tasa en marzo y septiembre de 2016 y ya con indicadores de una demanda interna agarrando más fuerza. Para este año tenemos una proyección de demanda interna de 2,5%, por lo tanto, presión interna de inflación no va a haber", dice.
Para el cobre, las expectativas son neutras, con un promedio anual de US$ 2,65 la libra para fines de año y muy similar para 2016 (US$ 2,7). Para el promedio anual del barril de petróleo Brent prevén un nivel de los US$ 58 este año y US$ 65 el próximo.