Chile dio un gran paso hacia la solución de la crisis social que ha afectado a la nación durante el último mes cuando legisladores de casi todos los partidos acordaron durante la madrugada del viernes un mecanismo para reescribir la constitución.
El país celebrará un referéndum en abril para decidir qué organismo redacta la constitución. Una opción será una Convención Constituyente recién elegida, la otra una mezcla entre el Congreso y una Convención.
Los manifestantes habían apuntado cada vez más a la constitución como una queja importante, argumentando que consagraba un sistema económico que no proporcionaba servicios básicos que incluyan atención médica decente y pensiones para millones de personas. La constitución fue redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet y protegió un modelo de libre mercado que incluso permitió la privatización del agua, un tema polémico durante la actual sequía.
"Es una noche histórica para Chile", dijo el presidente del Senado, Jaime Quintana, según el periódico La Tercera. "Esta es una salida pacífica y democrática a la crisis".
Los miembros del nuevo cuerpo constituyente serán elegidos en octubre del próximo año y luego tendrán nueve meses para completar su trabajo. Una vez escrita, la nueva constitución será devuelta a los chilenos en un segundo referéndum.
Un punto amargo en los procedimientos de anoche fue la ausencia del Partido Comunista en las conversaciones. Eso puede dificultar la recepción del acuerdo para algunas de las personas que han salido a las calles en el último mes.
"Tenemos un Acuerdo para la Paz Social y la Nueva Constitución, con el cual podemos comenzar a construir nuestro nuevo pacto social", dijo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel. "Hemos tenido días difíciles. Todos hemos escuchado y todos hemos aprendido".