Desde la terraza de la sede de la Fundación Chile 21, el ex ministro Francisco Vidal, analiza con optimismo el complejo escenario político. Con humor, dice: "yo creo que a estas alturas estamos en -2 (de credibilidad ciudadana en los partidos políticos)". Pese a ello, y a la sostenida baja del respaldo al gobierno, Vidal considera que el "remezón" ocasionado por los escándalos Penta, Caval y SQM, hará posible la implementación de profundos cambios al sistema en materia de probidad y transparencia, que devolverán la confianza ciudadana en las instituciones.
-¿Cómo evalúa la manera en que se ha desarrollado la investigación del caso SQM?
-Cada institución está cumpliendo su rol, pero en la mirada de la ciudadanía, se ve horroroso.
-¿Cree que la Justicia, como institución, saldrá mejor parada de este mal momento?
-Se ve una Justicia inquisidora y eso claro que la posiciona en medio del descrédito de las instituciones en la ciudadanía. El Ministerio Público subió 9 puntos en confianza y credibilidad en la última encuesta Plaza Pública. Yo creo que eso es solamente el efecto por la audiencia del caso Penta.
-¿Comparte las críticas que se han hecho de que el SII no estaría actuando con independencia?
-No, esa es una cosa política. Impuestos Internos tiene una trayectoria de prestigio y yo le creo a Jorratt de que está investigando seriamente.
-¿Cómo evalúa la negativa de SQM a entregar sus antecedentes a la fiscalía y la estrategia de Samuel Donoso -el abogado del ex gerente de la empresa, Patricio Contesse-, de acudir al TC?
-Desde el punto de vista de la ciudadanía, es un desastre. Pero desde el punto de vista de los intereses y derechos de Contesse, es legítimo, porque Donoso está usando las garantías constitucionales.
-Pero personalmente, ¿cómo lo evalúa desde el punto de vista de la transparencia del caso?
-A mí me gusta enfrentar la cuestión a concho, es lo más sano para el país. Lo que más me molesta es que mientras no se transparente, el conjunto de la actividad política está bajo sospecha y es muy injusto para los que no hicieron trampa en las elecciones. Los partidos políticos están en el último lugar de credibilidad ciudadana, con el 2,7% de confianza, que yo creo que a estas alturas estamos en -2.
-Hay sospechas de que hay presiones para detener la investigación de SQM ¿Cree que se llegará hasta el final en el caso?
-No veo por donde quedaría parada. No hay condiciones políticas ni sociales para no llegar al fondo del caso.
No eludir, sino enfrentar
-Según su diagnóstico, ¿cómo llegamos a la crítica situación en la que estamos hoy en Chile, con un gran desprestigio y desconfianza institucional?
-La pérdida de confianza y credibilidad en las instituciones es un proceso que viene desde hace 10 ó 15 años. En el ámbito de la política, está concentrado el descrédito y la desconfianza, y lo que ha colaborado a eso es la vieja y la nueva historia. Y la nueva historia se resume en Penta, Caval y SQM.
-¿Y cuál es la solución para salir de esto?
-Lo que estamos haciendo: no eludir la crisis, sino que enfrentarla. Así como tengo un diagnóstico pesimista, tengo una proyección optimista, porque creo que el remezón ha permitido que el conjunto de actores del sistema no se oculte ni evada, sino que enfrente, en un proceso encabezado por la Presidenta de la República.
-En ese sentido, ¿cómo ve el liderazgo que ha tenido Michelle Bachelet?
-Muy dañado por el caso Caval, pero que está saliendo adelante día a día con lo que la gente espera, que es, que los errores que se han cometido, se enmienden. Tres porotos que se ganó la Presidenta en las últimas dos semanas: la constitución del Consejo Engel, el proyecto de ley de colusión y el instructivo para ampliar la declaración de patrimonio e intereses.
-Algunos critican este frenesí de propuestas que se está dando para regular la relación política-negocios, argumentado que ya hay muchos proyectos sobre el tema parados en el Congreso, y apuntan a que se generá un tremendo desorden legislativo.
-Sí, hay un frenesí de propuestas, pero esas propuestas convergen. Por ejemplo, nadie discute que quien haga trampa en la campaña pierda el cargo, o que por fin se legisle sobre la reelección indefinida de los cargos, o que es imprescindible financiar a los partidos –más allá de las campañas.
-¿Amerita un gran acuerdo político en la materia?
-De hecho, ya se está produciendo. Es necesario un acuerdo político, pero con una condición: que sea para avanzar en la agenda de la Presidenta.
-¿Es posible revertir la baja en el respaldo a Bachelet?
-Sí, y también, lo más importante, siguiendo con sus reformas estructurales.
-¿Reformas que podrían contar con menos adhesión ciudadana aún, si se considera su debilitado capital político?
-Tengo una visión optimista: cuando el próximo año el 70% de los apoderados de alumnos de particulares subvencionados dejen de pagar, cuando la gente deje de pagar la universidad del hijo, cuando la gente vaya a los 20 nuevos hospitales, cuando miles de trabajadores tengan mejores condiciones, se van a entender las reformas.
-Las reformas estructurales ,sello del programa de Bachelet, están un tanto detenidas porque el foco está puesto en normar la relación política-negocios. ¿Es necesario legislar primero sobre materias de transparencia, antes de seguir con el debate de las grandes reformas?
-No, hay que caminar y mascar chicle. O sea, el país no tiene tiempos políticos para actuar de forma gradual, no. La reforma de educación, la laboral, el aborto terapéutico, la ley de Isapres: tienen que seguir su camino. Y a esto se le suma el paquete legislativo y administrativo en materia de mejorar la calidad de la política y de probidad. O sea, el desafío del gobierno es enorme, porque tiene que hacer todo eso en paralelo. Así se gobierna.
"tengo confianza de que saldremos de esta crisis"
-Frente a la desconfianza en el sistema político, ¿podrían surgir figuras populistas que aprovechen el escenario actual?
-Salvo (Franco) Parisi, que después de la última campaña su imagen quedó en el suelo, no. No existe un Fra Fra hoy día.
-¿Y terceras figuras que no estén en los partidos tradicionales?
-Pueden surgir. Pero yo tengo confianza de que saldremos de esta crisis. ¿Cómo? Pagando todos los costos que haya que pagar, y luego, las instituciones saldrán fortalecidas.
-Y que resurjan antiguos referentes como Ricardo Lagos o José Miguel Insulza, sería positivo?
-Claro, la ciudadanía puede apelar a un mandato más autoritario, en el sentido de fuerza y de lo que generan. Pero habrá que verlo en las encuestas. Porque por ahora, el candidato natural de la derecha es Piñera y veo mucho más desordenado el panorama de la Nueva Mayoría, en el sentido de que están muy distribuidos los liderazgos. El que está mejor en términos relativos en la centroizquierda es ME-O, pero tiene el gran problema de que no es parte de la NM.
-¿Debiese entrar a la coalición?
-Estamos divididos. Su caso es bien dramático, porque sólo puede ser Presidente si entra a la Nueva Mayoría y gana las primarias. Hay gente que sabiendo el potencial de ME-O, no lo quiere dejar entrar a la primaria. En una de esas, en un escenario pesimista, repetimos en 2017 lo que nos pasó en 2009, cuando Piñera salió Presidente porque las fuerzas de centroizquierda fueron divididas.
-¿Hay posibilidades de que emerja una gran presión ciudadana, como el fenómeno que ocurrió en Brasil o en España con los Indignados?
-La ciudadanía está esperando, antes que todo, ver cómo reaccionan los aludidos. Como lo vimos en Penta, los tribunales y SII, funcionan y si el sistema político reconoce y enmienda errores, la desconfianza bajará.
-¿En el corto plazo?
-Es que todo esto es rápido. De aquí al 21 de mayo, máximo al 30 de junio, cambiaría el escenario.