Eran cerca de las 13:00 horas, y estaba por comenzar la tradicional reunión de mesa de los lunes en la UDI, cuando llegó hasta la casona de calle Suecia el vicepresidente de la colectividad, alcalde Francisco de la Maza. A diferencia de oportunidades anteriores no pensaba asistir a la cita, sino sólo entregar su carta de renuncia y retirarse de la sede. Así le puso fin a su paso por una directiva que pretendió hacer un gran cambio, pero que dadas las circunstancias –con tres bajas a cuesta- estaría quedando cada vez más sola.
En el partido se rumoreaba hace rato que de la Maza estaba navegando en sentido contrario a la corriente y a la posición adoptada por el presidente interino Javier Macaya, que no es más que la impuesta por el propio Ernesto Silva antes de su dimisión, por lo que su renuncia no constituyó una total sorpresa, pero da cuenta de que la situación interna de la UDI está cada día más complicada.
Al punto que el actual timonel, comentan en su entorno, no está disponible para postergar el Consejo General, como han propuesto algunas voces internas, porque quiere ordenar la casa lo más pronto posible. Tampoco estaría disponible para eternizar su suplencia el resto del tiempo que queda para terminar el período de la directiva. De allí que él mismo planteó el tema en la reunión de mesa de ayer, para dejar claro que se opone terminantemente a alargar los plazos.
La decisión de Macaya
Por otra parte, la sensación térmica en el gremialismo está cada vez más candente. El tan aspirado consenso en torno a una figura, de manera de evitar la división que puede provocar una competencia está resultando muy difícil, si no imposible. Macaya le ha dicho a quien quiera oírlo que no está disponible para seguir en la secretaría general de ninguna presidencia, pero quienes lo respaldan prefieren no dar nada por zanjado.
Y si bien Macaya ya aceptó que su nombre no genera el consenso que hubiera esperado, quiere que el 10 de abril el partido termine el Consejo General con un nuevo presidente que tome la posta.
El problema es que en vez de que se reduzca la lista para lograr el conseno, parece que ésta tiende a crecer. Y si bien el nombre del senador Hernán Larraín sigue llevando la delantera en las apuestas, hay quienes insisten en el ex ministro y coronel del partido Andrés Chadwick -¿su gracia? Que es el único de los coroneles que saldría indemne de los conflictos que afectan a la tienda en el llamado caso Penta y lo que pueda venir por su arista SQM-. También se comenta que el diputado José Antonio Kast habría mencionado que está disponible para postular a encabezar la UDI y otros apuntan al renunciado vicepresidente Francisco De La Maza, quien asegura que su calidad de alcalde de Las Condes y la responsabilidad que el cargo conlleva le impediría asumir en paralelo la presidencia del partido.
Las razones del alcalde díscolo
Francisco De La Maza ha sido considerado desde hace muchos años un díscolo y liberal al interior de la UDI, faceta que parecía haber menguado, sin embargo, el caso Penta y su arista SQM -de la cual aún se desconoce el alcance que tendrá en el gremialismo- la reanimaron. El propio de la Maza explica el "matiz" que tiene con la directiva que integraba, en relación con la situación política en general y con lo que ocurre también en su partido: "algunos creemos que en el mundo político hay una crisis, porque las instituciones están funcionando. Otros piensan que el funcionamiento de las instituciones le provocó una crisis a los políticos".
Un matiz que terminó siendo una profunda diferencia que se hizo insostenible. De La Maza es otro de los que no está por no postergar el Consejo General, pues es este organismo el que, a su juicio, deberá "dilucidar cómo enfrentar el futuro, porque hay una forma de actuar que está siendo cuestionada. Con qué directiva. Y dejar que la Justicia se encargue de lo que hubo para atrás".
El edil plantea, además, que "por un tema de prudencia, los formalizados en todos los partidos, deberían congelar sus militancias. Como una precaución", algo que todavía no ocurre, pero que es un escenario que no se descarta.
Y frente a los eventuales candidatos menciona a Chadwick o Larraín, porque "estamos en un escenario que la gente que conduzca la UDI tiene que tener limpieza total, para recuperar algo de credibilidad".
Difícil consenso en el gremialismo
El ambiente en la UDI es cada vez más tenso. Y lo que más se ha buscado, desde la renuncia de Ernesto Silva, ha sido una figura de consenso que por estos días se ve más lejos que nunca. Hasta hace un par de semanas los nombres que más sonaban eran los del senador Hernán Larraín y el diputado Javier Macaya, incluso se hablaba de que este último podría ir a la secretaría general con el primero. Sin embargo, todo cambió y ahora surgen nuevos nombres como el del vicepresidente José Antonio Kast, quien habría expresado su intención de postular.
También se menciona al ex ministro de Interior de Sebastián Piñera y primo hermano del ex mandatario, Andrés Chadwick, quien ya ha dicho en reiteradas ocasiones que no está disponible. Pero en el partido plantean que en medio de una situación tan complicada "nadie puede restarse para contribuir a solucionar los problemas o, al menos tratar".