Bernardo Larraín Matte: “Frente a estas contingencias complejas no caben los atajos ni las ganancias rápidas”
A pesar que reconoce que son necesarias las condenas explícitas de actos reñidos con la ética y la legalidad, duda si corresponde sumarse tardía y extemporáneamente “a un ambiente estridentemente acusatorio como si el problema fuera de malos o buenos”.
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Haciendo un guiño al ministro de Hacienda, Alberto Arenas, al desearle de entrada mucha suerte y fuerza "para que los brotes verdes se transformen en un árbol frondoso de crecimiento potencial", el presidente de Colbún, Bernardo Larraín Matte, presentó su propia lectura de la crisis de confianza y legitimidad que Chile tiene de sus instituciones, en el marco del primer foro Icare del año denominado "¿Cómo viene el 2015?".
Bajo su óptica, está claro que también el mundo de la empresa está inmersa en el centro de esa crisis. "Si bien algunos quisieran creer que esto se circunscribe a casos puntuales de alta connotación pública que hemos conocido, creo que lo transciende con creces", aseguró.
Por eso, no titubeó en declarar su posición en esta responsabilidad: "Esta vez, no me voy a escudar en los emprendedores, en la pyme, que es lo que muchas veces hacemos en el mundo de la empresa. Voy a dar una mirada desde la gran empresa, porque de ahí soy, porque siento un gran orgullo de participar en ella, en empresas que son parte de un conglomerado que es controlado por una familia empresarial y de la cual soy parte".
Y, bajo esa impronta, no esquivó los conflictos empresariales del último tiempo, asegurando que "frente a estas contingencias complejas no caben los atajos, no caben las ganancias rápidas, como algunas veces de repente pretendemos (...) Y agregó: "Por eso me pregunto ¿cómo debemos reaccionar? Si bien son muy necesarias las condenas explícitas y oportunas de todo hecho reñido con la ética y con la legalidad, me pregunto (si) corresponde sumarnos tardía y extemporáneamente a un 'ambiente estridentemente acusatorio' como si el problema fuera de malos o buenos".
Ante esto, el presidente de Colbún fue enfático: "Me parece que empresas y gremios hacemos un mejor aporte si por un lado respetamos celosamente los procesos y verdades judiciales y las instituciones que son responsables de conducirnos".
A su juicio, se debe tomar "en serio" el tema de la autorregulación preventiva y oportuna, no extemporánea, con instancias de altas competencias técnicas, con capacidad y recursos para actuar por iniciativa propia y no solo en relación a prácticas que ya están siendo vistos por el sistema judicial. "Mucho mejor si generamos procesos de reflexión en el seno de nuestros gremios sobre el desafío de institucionalidad dentro de la empresa, de gobierno corporativo (...) sobre todo para gestionar esa actitud trascendente que es la confianza pública", dijo.
También, enfatizó en la necesidad de liderazgos políticos, empresariales, académicos y sociales que "disminuyan la dosis de estridencia y que aumenten la dosis de reflexión en el debate público para procesar las demandas de la sociedad y enfrentar las coyunturas complejas". Sólo así, reafirmó, se enfrentará con decisión y sustentabilidad de largo plazo los cambios y procesos de adaptación necesarios en la empresa, los gremios y la política.
"El vaso no está lleno"
Según el empresario, se palpa una verdadera "paradoja de la gran empresa chilena", porque al observarla se ve un vaso medio lleno por un lado y uno medio vacío, que parecen a ratos completamente contradictorios. Esto, porque si bien el vaso medio lleno ilustra el progreso en los últimos 30 años, donde el centro de ese crecimiento recae en la gran empresa, existe una gran desconfianza hacia ésta.
"En algo estamos de acuerdo: que el vaso no está lleno. Aparentemente, los chilenos ven a esta empresa con una aureola en su cabeza y con una cola de diablo en su trasero", aseguró. Y a pesar que se esgrimen diversas hipótesis, dice tener su propia lectura: el progreso ha implicado que hoy el chileno y las empresas sean muy distintas. "Si seguimos ignorando esta lectura y creemos que la desconfianza hacia la empresa se basa en que los chilenos no comprenden su aporte y que esta incomprensión se queda amplificada por el mundo político y los medios (...), seguiremos chocando. No porque los chilenos no comprendan y no valoricen estos aportes sino porque los da por sentados y piden más de la empresa chilena".
El camino apunta a seguir construyendo los pisos del edificio que conforman la empresa chilena: generación de empleo, productos y servicios de calidad; gestión ambiental y social; asimetrías de información y competencia; y el rol público, escrutinio y confianza. En esa línea, agregó que es importante avanzar en cuatro direcciones: Transparencia, la importancia del vínculo con otros actores, en que no basta con hacer las cosas correctas sino que hacerlas correctamente y la importancia de la diversidad, movilidad y renovación en todo colectivo.
Tagle: "recuperar las confianzas es prioridad"
El discurso del presidente de Icare, Guillermo Tagle, también estuvo enfocado en los últimos acontecimientos que, a su juicio, han generado un ambiente de crispación en la opinión pública y una pérdida general de la confianza.
El ejecutivo sostuvo que lo que está pasando en Chile no es diferente a lo que sucede en el resto del planeta o lo que se ha visto en el pasado, pero planteó que quizás la particularidad que se ha dado en esta coyuntura es que tenemos al mundo empresarial y al mundo político hoy "en el mayor de los cuestionamientos en su historia".
"Eso podría, en el lado positivo, provocar una reacción cooperativa de construir por ambos lados una sociedad más transparente", dijo el también presidente del directorio de IMTrust Credicorp Capital, quien valoró que se esté planteando avanzar a un país que resuelva los problemas de corrupción y desarrolle un ambiente de confianza entre el mundo político y el empresarial.
"Recuperar las confianzas en las instituciones es una prioridad", recalcó.