Plumas x plumas

Santa Cruz x Santa Cruz

En la cuenta de Instagram de Bernardita Santa Cruz (28) hay 14 canales. En uno de ellos -que se llama “Sobre mí”- ella responde abiertamente preguntas que los usuarios postean. “¿Cómo lo haces para ser tan positiva siempre? “Yo creo que se nace. Y él tiene mucho que ver @juanjosesantacruz”

Por: María José López | Publicado: Sábado 1 de agosto de 2020 a las 21:00 hrs.
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En la cuenta de Instagram de Bernardita Santa Cruz (28) hay 959 fotos publicadas, 51,600 seguidores y 14 canales. En uno de ellos -que se llama “Sobre mí”- ella responde abiertamente preguntas que los usuarios postean. “¿Cómo lo haces para ser tan positiva siempre? ¿Se nace o se aprende?”, plantea uno. “Yo creo que se nace. Y él tiene mucho que ver @juanjosesantacruz”. La frase estaba tipeada sobre una foto llena de corazones en la que aparece junto a su padre, Juan José Santa Cruz.

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Bernardita le habla entusiasmada a su hermana menor (son 7 en total, los tres tres grandes son medios hermanos y los tres menores viven junto a sus padres, Santa Cruz y la psicóloga Catalina Correa). “¡Hoy me llega la silla nueva!” Es el mediodía del martes 28 de julio. Él la mira, le toma la cabeza y le da un beso.

El reloj marcaba las 6 de la tarde de ese 10 de octubre del 2016 cuando ella subió a un canopy, en la casa que la familia tiene en Salinas de Pullally. Y cayó. No fue desde muy alto, no fueron más de 2 metros, pero fue suficiente para que la mala posición del descenso provocaran una lesión irreparable.

“Sentí que algo se quebró mal adentro mío”, cuenta Bernardita desde la terraza de su casa, y añade: “Sabía que no volvería a caminar”. Junto a sus amigas llamaron a su madre, y al teléfono ella les dijo: “No siento mis pies”. “Nada de lo que pasó después, pudo ser peor. Si me hubieran preguntado, ¿qué cosas podrían pasar mal? Ese día sucedió todo junto”, recuerda él. Falló la ambulancia, falló el helicóptero y el traslado se pudo concretar por auto, a las 4 am del día siguiente.

El fundador de Ciudadanos, ex Decé, empresario y controlador de la aseguradora Conosur, ese día estaba en Santiago, por coincidencia, en la Clínica Las Condes: acompañaba a su otra hija, Rosario, al tratamiento de quimoterapia por un cáncer que tuvo ese año.

Eran las 10 am cuando Bernardita entró a pabellón: le estabilizaron el segmento de la columna lesionada con tornillos y barras adosadas a las vértebras. “Al principio me sentía pésimo, no entendía nada. Había mucha gente y yo dejaba que entraran todos. Pero al mismo tiempo había mucha preocupación”. Su fractura, T10 completa, la dejó sin sensibilidad desde la cintura hacia abajo.

Ese mismo día subió una foto a Instagram. Los mensajes de apoyo se multiplicaron. Lo mismo al día siguiente. Y el subsiguiente. Se fue creando una cercana comunidad con sus seguidores, a quienes Bernardita hizo parte de su proceso de recuperación durante los tres meses que estuvo hospitalizada: llegó con 4 mil followers y para el alta superaban los 30 mil. “Lo hice más por mostrar lo que estaba viviendo, normalizarlo, compartir vivencias y apoyo con otros casos similares. No fue planificado”.

Jacobé

Los rayos de sol pegan en la terraza de los Santa Cruz, la misma que tras volver de la clínica, tres meses después de la cirugía, exhibía rampas para que ella se pudiera desplazar con toda normalidad.

-Qué bonita sorpresa llegar a la casa así...

-O sea, no le quedaba otra.

Lo dice mientras baja por un desnivel al jardín. Los dos ríen fuerte. Más tarde explicarán que parte de su conexión está en el humor.

-Tú, ¿cómo fuiste viviendo el proceso?

-J.J.: Uno nunca sospecha que una cosa así le va a pasar a una hija. La gente reacciona de distintas maneras frente a situaciones duras. Y ella reaccionó así. A mí me genera admiración que alguien quisiera mostrar su rehabilitación mientras yo veía todo lo que le costaba y el cambio de vida que implicaba para una mujer de 25 años. Y si eso le ayuda a ella y a otros, no es por hacerme el buenito, me parece bien.

-B: Yo sé que tengo suerte, tengo recursos. Y al principio me decían cuidado con lo que  muestras. Pero nunca he tenido una crítica por eso.

-J.J: Hay de autenticidad en lo que se comunica. El que tiene y el que no, eligió su situación.

-B: Yo no siento culpa por el lugar donde nací. Y haber nacido acá tampoco me devolvió mis piernas.

-J.J: La exposición genera un temor a las redes sociales por el nivel de agresividad. Pero ella tuvo la experiencia de convivir con el lado bueno. Me sorprendió mucho la cantidad de gente que no nos conocía que la fue a ver.

Juan José Santa Cruz se pone sus anteojos rojos, prende otro cigarro y toma café. Ella no lo mira. Pero lo escucha.

-B: Cuando era chica me encantaba Romané. Me encantaba la María Jacobé, no conozco a la Antonia Zegers (actriz que la interpretaba), pero luego del accidente mis hermanos me hicieron un video y ella aparece mandando saludos. Y el año pasado, al cumplir 3 años, me llegó este audio: (Bernardita pone play al mensaje de voz de la artista hablando en idioma gitano): “Tando un mensaje lleno de admiración porque te leo, te sigo, te admiro y me inspira la vida tu manera de caminarla”. Termina la grabación. Los dos están emocionados.

Empresario político y la influencer

-En una entrevista dijiste que el accidente te abrió puertas. ¿A qué te refieres?

-B: Empecé a publicar columnas de opinión (en el medio Nueva Mujer y El Dínamo) y me di cuenta que me gusta escribir. Agradezco lo que ha pasado con Instagram, las charlas motivacionales. Estaba pegada en un emprendimiento de zapatos que estaba difícil, había dejado mis estudios (primero estudió Diseño de Vestuario y luego Pedagogía Básica) y no sé qué habría sido de mí si no me pasaba esto.

-¿Quieres retomar los estudios?

-Me salí cuando me empezó a ir bien en el emprendimiento. Era muy inmadura y no sabía bien lo que quería.

-J.J.: Se puso a trabajar y fue su decisión: “Pasaste por dos carreras, si te quieres salir, te las arreglas”.

-¿Y ahora en qué estás?

-Me echaron de mi pega cuando partió la pandemia (era community manager de una tienda). Y ahora estoy con un proyecto en una empresa de comunicaciones.

-J.J.: Y está preparando un libro.

-B: Sí, es verdad. Pero no el típico libro de la niña que sale en silla de ruedas en la portada. Mi idea es que tenga una página por ejemplo con una frase linda, dibujos, mis collages. Que lo puedas tener de decoración en el living. La base será mi historia, pero no quiero que no sea solo eso.

-¿Cómo parte la idea?

-B: Lo hablé con Rita Cox, ella fue la que me motivó a escribir. 

-¿Cuál es el rol del padre en este proyecto?

-J.J: Yo he visto que la Bernardita tiene "x" capacidades, la he visto emprender. Y si quiere hacer eso, bien por ella. No soy yo quién va a determinar por qué camino se va.

-B: Con el libro igual no sé si gane mucha plata, pero me puede abrir otras puertas.

-J.J: (Ríe) No vas a ganar, te lo aseguro.

-¿Tus ingresos vienen principalmente por tu rol como influencer?

-B: Sí. Pero igual para mi es importante tener un trabajo estable, porque lo de ser influencer no lo es. Hay meses mejores que otros. Y cuando pierdes seguidores, es súper estresante… Este año, por ejemplo, ha sido súper malo.

-¿Entiendes el mundo de los influencers?

-J.J: Sí, lo entiendo perfectamente porque estoy metido en medios (es socio fundador de El Dínamo) y en empresas que básicamente son tecnológicas. Si no estai arriba de ese caballo, es poco lo que vas a poder hacer.

-¿Y te gusta?

-J.J: Sí, me encanta. Me cuesta quedarme callado, y trato de ser respetuoso.

-B: Igual de repente me da tips. Por ejemplo, “oye está pasando esto con la Teletón, podriai subirte una foto”. En el fondo me recomienda involucrarme en la actualidad y manifestar mi postura con cosas que tienen que ver con mi accidente porque hay cosas que valen la pena jugarse. Pero falta tanto por avanzar en Chile en el tema de la inclusión, que también tengo una misión por ahí. Hay muy poco avanzado y aún la mayoría de los restaurantes, por ejemplo, no están habilitados.

-Los políticos, de alguna manera, son influencers también…

-J.J: Claro que sí. Si tú eres influencer y tienes miles de seguidores, no puedes pensar solo en lo comercial, también tienes que ser consciente que al tener una influencia, tienes una responsabilidad. No es gratis decir “tengo miles de seguidores”.

-En esta casa se habla de política. ¿Cómo vieron el tema de la crisis social, ambas generaciones?

-J.J: Cuando miro qué responsabilidades compartidas tenemos en la elite por la situación que vivimos y creo que no son pocas. El empresario tiene que ver por qué se produjo y qué culpas tenemos. Restarse de eso es un error. Y lo segundo, en la elite empezamos a hablarnos a nosotros mismos.

-Hiciste varias tertulias en tu casa, con jóvenes, para hablar del plebiscito y tu opción por el rechazo. ¿Por qué?

-J.J:Yo en política he estado toda la vida. He participado siendo empresario, vicepresidente de un partido, creación de candidaturas presidenciales, partidos políticos, medios de comunicación, puras cosas que no son rentables ni negocio, pero tienen un sentido público. Y estoy por la opción del rechazo no porque no crea que haya que hacer cambios constitucionales, pero no por esta vía ni en este contexto de violencia.

-¿Tú como lo ves?

-B: No participo para nada en política. Y no iba a ir a marchar. Pero cuando pasa algo, le pido que me explique.

-¿Tienes algún(a) favorito(a) como Presidente a futuro?

-B: Sí, Sichel. Su historia es lo que conecta con las personas.

-J.J: ¡En eso coincidimos! (Ríe) Pero claro, la política no es un tema que le apasione precisamente. Lo que nos une es el humor. Tendemos a reírnos mucho de nosotros mismos, de las cosas que nos ocurren. Ella es muy optimista y yo también. El ser genéticamente así, ayuda bastante en los momentos duros. Uno no se imagina cómo tus hijos se comportarían ante una situación como esta. Porque uno jamás se plantea que eso va a suceder. Y ahora que sucedió, la veo cargada de una fuerza que solo me produce admiración y orgullo.

-B: Él no quería entrar a la pieza después del accidente. Yo preguntaba, “¿Dónde está el papá?” “El papá está un poco nervioso”, me respondían los otros.

-J.J: Efectivamente fue un día un tanto intenso por todo lo que pasó. Y en un momento el doctor me dice a mí y a mi señora: “Tienen que entrar ahora a la pieza a decirle que no va a caminar. Yo siempre lo supe y no había otra persona que lo pudiera decir. Y entramos a decirle algo que ella también ya sabía”. Uno se dice a si mismo “jamás en tu vida pensaste que te podría tocar esto”, y la vida te enseña que dentro de las cosas malas, tienes que ser capaz de encontrar las buenas. Y ella nos enseñó a encontrarlas.

-Esta es la primera entrevista que dan juntos. ¿Alguna razón?

-J.J: Ah no, fue porque me la pediste y te dije que sí.

Los dos estallan a carcajadas.

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