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Biotech cierra ronda con family offices ligados a Saval y GTD y se abre paso en la industria farmacéutica mundial

Botanical Solutions busca acelerar la producción de QS-21, un compuesto del quillay clave para vacunas humanas, y cierra alianzas con laboratorios internacionales.

Por: Renato Olmos | Publicado: Lunes 9 de septiembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Con el objetivo de acelerar la producción de un compuesto clave para vacunas humanas y obtener permisos regulatorios, la biotecnológica chilena Botanical Solutions cerró una extensión de su ronda serie A por US$ 7,6 millones, recaudando un total de US$ 24 millones.

La ronda fue liderada por la firma de capital privado estadounidense, Otter Capital, con la participación de family offices chilenos de las familias Saval (laboratorios) y Casanueva (GTD) e inversionistas ángeles.

La empresa desarrolla productos para controlar enfermedades en vides y frutales, y un compuesto llamado QS-21, clave para la elaboración de vacunas para combatir enfermedades infecciosas en humanos, el que obtienen del quillay, un árbol endémico de Chile.

Botanical Solutions fue fundada hace más de una década por el ingeniero industrial de la Universidad Adolfo Ibánez (UAI), Gastón Salinas, y el biólogo y doctor en biotecnología de la Universidad de Chile, Gustavo Zúñiga.

En 2010, Salinas se asoció con Zúñiga, quien trabajaba con plantas endémicas, como el quillay, para usarlas como fuente de producción de compuestos naturales.

Los primeros en abrirles las puertas fueron dos viñas del grupo Concha y Toro, quienes utilizaron el extracto como un biofungicida para el control de botrytis, una enfermedad que afecta a las vides y otros frutales.

Con esa validación salieron a buscar inversionistas en una época en que “no había muchas puertas que tocar, especialmente en biotecnología”. Pero llegaron al fondo de private equity Sembrador Capital, ligado a LarrainVial, que los respaldó con US$ 500.000.

Con esos recursos generaron las primeras ventas y el registro regulatorio para vender Quillibrium, un biofungicida basado en extracto de quillay, y cerraron un acuerdo de distribución con la suiza Syngenta, para comercializarlo en Perú.

Gastón Salinas, cofundador de Botanical Solutions

De biofungicidas a vacunas

En 2019, Salinas se instaló en Davis, California (Estados Unidos), una zona con gran presencia de empresas que desarrollan productos tecnológicos para el agro, con varios casos de éxito.

En uno de los pitch (presentación) que hizo, conoció a gente del mundo farmacéutico a quienes les mostró los biorreactores donde hacían crecer los quillayes para su producto. Ellos le preguntaron si tenían QS-21, un nombre que no había escuchado.

“Es un compuesto que produce el quillay, estudiado hace más de 30 años, capaz de mejorar la eficacia de ciertos tipos de vacunas para enfermedades infecciosas en humanos, del que no teníamos idea”, comentó Salinas.

En EEUU, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) ha aprobado vacunas que contienen QS-21 para enfermedades como el herpes zóster y el virus respiratorio sincicial, y en la Unión Europea recibió aprobación para la malaria.

Casi por accidente, dijo, su negocio dio un giro. Vieron cómo la industria farmacéutica obtenía ese extracto de árboles que crecen exclusivamente en Chile, Bolivia y Perú, pero solo en ciertas regiones se produce la cantidad suficiente para hacer viable su extracción.

“Entre más viejo el árbol, más cantidad de compuesto acumula. En ese momento el gramo de QS-21 costaba US$ 400.000, 7 mil veces el valor de un gramo de oro”, comentó.

A los meses llegó la pandemia del Covid-19, lo que frenó los ensayos de campo para la agricultura. “Fue la tormenta perfecta que nos abrió la oportunidad en salud humana”, dijo.

Potencial global

Salinas afirmó que no tiene dudas del potencial global de su producto y afirmó que ya han “cerrado alianzas para trabajar con las farmacéuticas más grandes del mundo”.

En Chile partieron con 15 personas en un exlaboratorio farmacéutico de Avenida Quilín que compartían con NotCo y otras empresas. Hoy son 140 personas y siguen en la misma locación, con tres laboratorios enfocados en producción e investigación y desarrollo.

En EEUU tienen dos espacios, Davis y Woodland, con nueve investigadores centrados en el proyecto Super Quillay, para desarrollar variedades genéticas que produzcan naturalmente más compuesto.

Hoy la biotech tiene tres unidades de negocio: una división de agro, otra de farmacéutica y, al medio, una para asegurar la producción de materias primas.

“El quillay es lo principal, pero hemos evaluado más de 150 especies de plantas que usaremos para nuevos desarrollos. Tendremos un portafolio de productos en distintas verticales de negocios”, adelantó.

Con los nuevos recursos terminarán aspectos cruciales del modelo productivo y de negocio asociado al sector farmacéutico, con ventas para ensayos clínicos y acuerdos comerciales que anunciarán pronto.

En paralelo, avanzan con la autorización para operar con su producto agrícola en Brasil, EEUU, México y Europa.

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