Tras crecer 8 años bajo el promedio de la economía la industria pierde peso en el PIB
En precios corrientes, el valor del cobre convirtió a la Minería en el rubro de mayor presencia en el PIB, desplazando a la Industria, que hoy se ubica en tercer lugar, detrás de Servicios Financieros y amenazada por Servicios Personales.
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Por J. C. Prado / P. Ojeda
El “boom” del precio del cobre que se inició en 2005 y se consolidó en 2006 además de tener favorables efectos en la minería, provocó un reordenamiento en el peso específico de los rubros de la economía y su relevancia en el PIB.
El precio promedio del metal rojo en 2006 (US$ 3,05 por libra) ratificó lo que se había observado justo un año antes, cuando por primera vez el rubro Minería desplazó a la Industria como el sector más relevante para el PIB en la medición en precios corrientes.
A partir de ese año la tendencia se mantuvo y se profundizó debido a que la Industria fue despojada también del segundo lugar (por el ascenso de Servicios Financieros) y a la luz de los datos de 2011 está siendo seriamente amenazada por Servicios Personales, que el ejercicio anterior representó un 10,64% del PIB versus un 10,92% del rubro industrial.
Además, los datos indican que desde 2004 hasta 2011 la tasa de crecimiento anualizada del sector industrial ha sido de 3,2%, mientras que la del PIB total corresponde a un 4,7%. Con ello, se advierte que el crecimiento anualizado de la industria en este período es un 32,8% menor que el crecimiento del PIB total.
Otro dato relevante es que en la variación real (a precios constantes) del PIB industrial año a año, que es mucho menor que la del PIB total en el último período. “Justamente consecuencia de esto último es la pérdida de importancia relativa del PIB industrial en el PIB total”, afirma Salvador Andino, ingeniero comercial y asociado de Jorge Quiroz Consultores Asociados.
Entre los factores que explican esta caída aparece la fuerte competencia internacional que viven algunos rubros específicos como Maderas y muebles; Textil, prendas de vestir y cuero; y Alimentos, bebidas y tabaco, que compiten día a día con productos de países con un alto estándar de industrialización.
De hecho, hay rubros que se han visto severamente afectados en su desarrollo debido a la competencia internacional y los altos costos de producción, los que ademásm se ven impactados por el alto costo de la energía.
Por ejemplo, de acuerdo a los datos aportados por Jorge Quiroz Consultores Asociados, el sector Maderas y muebles anotó un retroceso entre 2003 y 2011 de 28,91%, mientras que en la tasa anualizada el promedio de caída de su producto fue de 4,17%. En tanto, el rubro Alimentos, bebidas y tabaco tuvo un crecimiento de 22,97% entre 2003 y 2011 y un ritmo de crecmiento anualizado de 2,62%.
Pese a estos resultados individuales, el positivo rendimiento de otros sectores como Celulosa, papel e imprentas; Química, petróleo, caucho y plástico; y Productos metálicos, maquinaria, equipo y resto impactan favorablemente y ayudan a balancear el resultado de la Industria como actividad económica. “Existe cierto consenso respecto a la inocuidad de un bajo crecimiento de sectores específicos de la economía -en este caso, el sector industrial- cuando el agregado sí tiene un alto crecimiento. Se supone para esto que los recursos se reacomodan, trasladándose a otros sectores. De esta manera, en una situación como la actual, donde coexisten un tipo de cambio apreciado con altos precios de la energía, los recursos se mueven de un sector transable industrial a otros sectores transables (mineros) o a sectores no transables. No obstante lo anterior, parte de este reacomodo se traduce más bien en un movimiento desde la formalidad a la informalidad, lo que podría desembocar en la supervivencia de industrias más productivas que las anteriores, pero en un contexto global menos productivo por efecto del aumento de la informalidad antes aludida”, plantea Andino.
Cobre y escenario futuro
En la Industria comparten el diagnóstico, pero aclaran que el “factor cobre” beneficia a toda la economía. Eso sí, recalcan que es el precio del metal rojo el que generó este “enroque” en peso específico dentro del PIB, dado que los envíos de cobre se mantienen estables, aunque la industria creció en casi un 16% entre 2003 y 2008. “Son las consecuencias de participar de un mercado abierto. Hemos visto un desarrollo espectacular del mercado chino, con un intenso ritmo de industrialización y los productores chilenos tienen que competir contra productos que fabricados allá cuestan US$ 1 y que acá sólo por mano de obra valen mucho más”, explica una alta fuente industrial.
En ese sentido, ven lejano un escenario como el vivido por el sector textil, uno de los que se vio prácticamente liquidado desde hace bastante tiempo por la competencia internacional y que hoy está reducido a una expresión mínima. “Vamos a seguir creciendo en el tema metalúrgico, porque se necesita desarrollo de la infraeestructura, construcción, materiales de vivienda. Además, la infraestructura vial necesita cemento, industria eléctrica, cables y torres. En otros ámbitos está creciendo la leche, los salmones, la industria alimentaria, el aceite. Hay procesamiento de fruta, todo eso tiene un futuro clarísimo porque somos proveedores con ventajas competitivas en el mundo”, afirma la misma fuente.