Las monedas tienen dos caras. Pese a que el jueves el gobierno mostró una lógica satisfacción por la fuerte caída que experimentó el desempleo en el Gran Santiago -según la encuesta que elabora el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile-, la brecha entre géneros aún causa preocupación entre las autoridades.
Es más, en un análisis detallado de las mediciones de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se observa que los problemas de desempleo femenino continúan y toma ribetes dramáticos entre las mujeres menores a 34 años.
En materia de desocupación, la encuesta del trimestre septiembre-noviembre da cuenta de un desempleo entre las mujeres de un 8,8% y de 5,9% entre los hombres. Ambas cifras configuran el 7,1% de desempleo que arrojó ese lapso.
Si de números se trata, este 8,8% de desempleo femenino se ve influenciado por los altos porcentajes de mujeres jóvenes en edad fértil que se encuentran sin empleo.
En los rangos de 20 a 24 años encontramos un 19,7% que no trabaja; de 25 a 29 años esta situación se repite en un 12,1%; y, de 30 a 34 años la cifra es de un 10%.
Contrastado con estos datos, el desempleo en los hombres marca claras diferencias. Si bien entre 20 y 24 años hay un 14,2% de desocupación, a consecuencia de los altos índices de desocupación entre los jóvenes, la brecha se reduce drásticamente en aquellos hombres de 25 a 29 años de edad, cuya cesantía es de 8,8%; y más aún con quienes tienen de 30 a 34 años, con un 5,6%, o sea, casi la mitad de lo registrado en las mujeres.
En términos de ocupación, las cifras de noviembre muestran que un 43,5% de las mujeres se encuentran en esta condición versus un 67,8% de hombres empleados. Esto muestra que de un total de 5.528.450 de empleos disponibles, a noviembre las mujeres ocupaban 2.214.120 de estas plazas de trabajo.
Vida familiar, estudios y salud, las principales causas
En este contexto, hay varias causas que impactan directamente en el bajo nivel de empleo. El principal factor que aducen aquellas mujeres que no tienen empleo son las razones familiares permanentes, o sea el cuidado de hijos y en muchos casos, labores domésticas en el hogar, que lidera por lejos con un 36,7%.
Más atrás se ubican aquellas que por motivos de estudio no pueden trabajar. Esa cantidad asciende a un 21,0%. Le sigue un 11,7% de mujeres que no pueden someterse a un régimen de empleo por razones de salud permanentes.
En cambio, los estudios son el argumento del 43,2% de los hombres en edad activa y que no tienen empleo. Más atrás aparecen aquellos que ya se han jubilado con un 19,9%. En cambio, el motivo de razones familiares permanentes es utilizado por sólo un 1,9% de los hombres.
En ese sentido, el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, advierte que las cifras de desocupación pueden parecer no tan altas de acuerdo a las brechas históricas del empleo en Chile, pero reconoce que hay una especie de cesantía oculta dada la alta cantidad de jefas de hogar que no aparecen consignadas en la encuesta porque al ejercer su labor, no están en búsqueda de empleo, pese a tener la edad y las condiciones necesarias para trabajar.
“La tasa de desempleo puede no ser tan alta, pero es porque la mujer es dueña de casa, entonces en las encuestas no aparece como buscando trabajo. Entonces, el desempleo a lo mejor no es una cifra tan grande, pero el porcentaje (de mujeres) que trabaja es muy chico comparado con otros países como México, Perú y obviamente con el mundo desarrollado. Recién estamos llegando a tasas de 50% en Chile. En otros países nos llevan gran diferencia en eso”.
Frente a esta situación, el gobierno pretende equiparar en cierto grado la brecha existente. Pese a que en los últimos años se ha ido acortando porque las cifras del INE muestran una alta creación de empleo femenino, Lavín afirma que esta diferencia es muy grande en los estratos sociales más bajos. “Las mujeres que están trabajando, en general, son de sectores económicos más acomodados y con mayores estudios”, dice.
Por esto, se espera que antes del mensaje presidencial del 21 de mayo se apruebe un subsidio para impulsar el empleo de la mujer, enfocado especialmente en las trabajadoras más vulnerables del país.
“Esta va a ser una inyección importante para el empleo femenino. Esperamos que se apruebe el subsidio del 15% del sueldo a las mujeres que ganan hasta 360 mil pesos”, afirma el Ministro de Desarrollo Social.
Brecha disminuye en grandes empresas
Las empresas que cuentan con 200 trabajadores o más son las que menores brechas muestran entre empleo femenino y masculino. En ellos, un 60% de los empleados son hombres y un 40% mujeres. En tanto las pymes, entre 11 y 50 trabajadores, registran un 33,2% de fuerza laboral femenina. “Cuando se crean más puestos de trabajo en materia de comercio y servicios, la mujer tiene mayores posibilidades de trabajo que cuando es, por ejemplo, en el sector industrial o las fábricas”, afirma Lavín.
Respecto a los beneficios previsionales, un 23,8% no cotiza en AFP o INP, a diferencia de un 17,4% de hombres sin cotización en esas instituciones. En tanto, en salud la tendencia se mantiene con un 17,2% de hombres frente a un 23,8% sin descuento.
Respecto a quienes han usado el seguro de desempleo, las mujeres superan con un 29,1% a los hombres que en un porcentaje de 21,8% han utilizado el beneficio.
Otra cifra a destacar es que las mujeres poseen menos días pagados por enfermedad en relación a los hombres. Un 25,1% de las trabajadoras no se ausenta al trabajo por enfermedad frente al 19,5% de hombres en la misma situación.
En tanto, dentro de los trabajadores que no tienen permisos por maternidad o paternidad, las mujeres registran un porcentaje más alto que los hombres. Un 30% de ellas contra 26,7% de ellos.