No es sólo la abundancia de sol lo que hace de España la envidia de sus vecinos europeos del norte. La economía española creció un 3,2% en 2024, el mayor ritmo de expansión entre los países desarrollados, incluso más que el 2,8% proyectado para Estados Unidos, que ha concentrado los titulares como historia de éxito.
Si las proyecciones se cumplen, España superaría a EEUU nuevamente este año. El Gobierno español ajustó recientemente al alza sus proyecciones y espera que la economía crezca 2,6% en 2025, un ritmo más moderado que el año pasado, pero aún por encima de la expansión de 2,5% proyectada por la Fed para EEUU.
“En 2025, se espera que la economía siga creciendo por encima del promedio de la eurozona, apoyada por el dinamismo del consumo de los hogares, gracias a la recuperación del poder adquisitivo, y la recuperación de la inversión”, anotan los analistas de CaixaBank Research.
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A pesar de las voces críticas -en un ambiente de alta polarización política- el crecimiento comienza a trasladarse también a la población. La tasa de desempleo, aunque aún la más alta de la UE, cerró 2024 en 11%, su menor nivel desde 2008. Si bien el crecimiento del PIB per cápita ajustado por poder de paridad de compra ha sido más lento que el de la economía (3% anual promedio desde 2021), Oxford Economics calcula que el ingreso disponible real de los hogares creció 5% por segundo año consecutivo en 2024.
El buen momento español se traslada a su mercado de valores. La empresa catalana de cosméticos Puig fue la protagonista de la mayor apertura a bolsa de 2024, con una operación de US$14.500 millones. La primera apertura de 2025 también se realizó en España. La firma de viajes HBX (Hotelbeds) debutó esta semana con una flotación de US$782 millones. El Ibex35, principal indicador bursátil español, acumula un alza de 11,5% en lo que va del año.
Las acciones de HBX cayeron 11% antes de la apertura, contrastando con el buen momento del sector turístico. Con 94 millones de visitantes, 2024 marcó un récord para el turismo español, que cierra la brecha con Francia (100 millones) para convertirse en el país más visitado.
El Gobierno de Pedro Sánchez confía en que el ritmo de crecimiento de la industria, que en 2024 generó el 13% del PIB, se mantenga. Los pronósticos lo favorecen. Firmas como Deloitte o IATA, asociación que reúne a las principales aerolíneas, anticipan un crecimiento saludable de la demanda turística por cuarto año consecutivo tras la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, algunas voces alertan que el ritmo actual de crecimiento turístico no es sustentable. Una expresión de ello serían las protestas vistas durante el verano 2024 en puntos de mayor demanda como Barcelona, Málaga o las Islas Canarias en rechazo del alza de precios generada por la liquidez del gasto turístico (que creció 16% el año pasado) y la transformación de espacios de vivienda en hospedajes, agravando el déficit habitacional.
Puntos críticos
La industria turística se ha beneficiado también de la estrategia migratoria de Sánchez. España ha sumado a su población dos millones de personas en los últimos cuatro años, y se han integrado rápidamente al mercado laboral.
Según el último informe del Ministerio del Trabajo, los trabajadores extranjeros representan casi la mitad de los ocupados labores domésticas, un tercio de la hotelería y turismo, y un cuarto en la agricultura y la construcción. Sin embargo, la brecha salarial con los españoles es de un 30%.
Una de las críticas que más se repite entre los economistas es que si bien el crecimiento de la población ha significado un aumento del consumo, la oferta de mano de obra barata permite la expansión de la actividad sin mejoras en la productividad y salarios. Eso explica porque, a pesar del aumento de 61% del salario mínimo desde 2018, el PIB per cápita real de España (US$48.000 ppp) se mantiene entre los más bajos de la UE (promedio US$55.000 ppp), similar a economías más pequeñas como Estonia, Lituania o Portugal.
“No esperamos que España realice avances importantes en cerrar la brecha de su PIB per cápita a niveles europeos”, advierte Ricardo Amaro, economista jefe para Europa de Oxford Economics, citando la estrategia de importación de mano de obra barata como una de las razones.
Otro punto de vulnerabilidad es la dependencia en el consumo público. Raymond Torres, director y economista del think tank Funcas, afirma que el consumo del sector público explica el 59% del crecimiento desde 2019.
Con una deuda que supera ligeramente su PIB, y un déficit fiscal en el techo de lo permitido por la UE (3% del PIB), el Gobierno de Pedro Sánchez se ve presionado a un ajuste fiscal. Pero, los fondos europeos le han lanzado un salvavidas.
Junto con Portugal, España es uno de los mayores beneficiarios de los fondos de reconstrucción aprobados por la UE tras la pandemia con 163.000 millones de euros comprometidos a 2026. Apenas 37.000 millones se han ejecutado hasta ahora, lo que lleva a Amaro a anticipar un aceleramiento de la obra pública que dará impulso al crecimiento este y el próximo año.
Por otro lado, una nueva alza del salario mínimo (1.184 euros mensuales) daría sostén al consumo. Mientras, la polémica decisión del gobierno de no ajustar el piso tributario llevará a que un quinto de los receptores del sueldo mínimo paguen impuesto a la renta por primera vez, ampliando los ingresos tributarios.