Los pros y contras de la nueva metodología para contabilizar a los fallecidos por Covid-19
A pesar de que expertos en epidemiología señalan que es un avance respecto a lo que había, plantean que el nuevo mecanismo no recoge la recomendación de la OMS de incluir en el conteo los casos probables.
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Ainicios de esta semana el Gobierno, a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (MinCiencia) y el Ministerio de Salud (Minsal), informó que comenzaron a aplicar una nueva metodología para contabilizar a los fallecidos por Covid-19 en el país, lo que aumentó el número de muertos a 2.648, cifra actualizada hasta el balance diario emitido ayer jueves por las autoridades, agregando casi 173 nuevos fallecidos en un solo día.
En la oportunidad, el ministro de Ciencias, Andrés Couve, fue el encargado de explicar la metodología, señalando que el cambio se realizó para tener información más "precisa y rigurosa" y para "construir una curva lo más fiel posible a la situación que se está viviendo".
"Se hace un cruce en aquellos inscritos (fallecidos) en el Registro Civil usando palabras clave como Covid-19, coronavirus, entre otras, en cualquiera de las causales, pero excluyendo a los que fallecen por otras causas, como traumas, accidentes, infartos y suicidios. Esta base de datos se cruza con la base de datos de exámenes de PCR para ver quienes de ellos tienen uno positivo", explicó Couve durante el balance diario.
De esta forma, sólo los fallecidos que tuvieron PCR positivo se sumarán al conteo oficial de muertos por coronavirus. No se considerarán aquellos que presentaron síntomas, pero que no tuvieron un examen de PCR confirmado, causa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda implementar al momento de llevar el conteo oficial de los decesos.
El epidemiólogo del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo, Manuel Nájera, explica que el gran cambio está en la fuente de información que las autoridades utilizan para llevar el conteo de fallecidos.
Así, se pasó de usar los reportes de los hospitales -que notifican a las personas fallecidas con PCR positivo- a utilizar las inscripciones de certificados de defunción -vinculadas al coronavirus- del Registro Civil.
"Antes (la cifra) se sacaba en base a un reporte que les llegaba a las autoridades de los hospitales o laboratorios, por ejemplo, con un certificado de una persona que falleció y que tiene PCR positivo. Además de esa gente, hay todo un listado de aquellos que fallecieron y tienen pendiente el PCR y eso se ha ido acumulando en el tiempo. Al darse cuenta de que era un sistema imperfecto, se cambió la fuente de los datos", sostiene Nájera.
Pero, aterrizando la nueva metodología ¿qué consecuencias positivas y negativas tiene?
Pros del nuevo conteo
Nájera señala que es una buena iniciativa el cambio metodológico, porque permite tener una magnitud real de la epidemia en el país. Así, se tendrá una buena visión hacia atrás, porque va a mostrar los fallecidos reales "sin tanto error como antes. Si uno ve el dato arreglado, nos damos cuenta de que en mayo tuvimos más o menos el doble de muertes informadas. Según los datos nuevos sabemos que pasamos los 100 muertos diarios el 25 de mayo", sostiene el experto.
Plantea que el cambio permitirá a las autoridades tomar decisiones basadas en data más precisa. "Si ahora se sabe que estábamos con el doble de muertos de lo que se estaba diciendo, el análisis de las decisiones tiene que cambiar", dice.
La profesora titular del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica (UC) y experta en epidemiología, Paula Bedregal, afirma que la nueva metodología, al considerar el certificado del Registro Civil, permitirá conocer con más precisión el dato de dónde proviene la persona fallecida, dando luces de lo que ocurre por comuna, por ejemplo. "Antes teníamos el lugar de egreso por muerte, pero ahora vamos a tener con mayor certeza la comuna de donde residía la persona", dice Bedregal.
La experta señala que si bien la nueva metodología va a generar una imagen más rigurosa, técnicamente el número de muertos actuales aún es información que se considera preliminar, ya que lo más probable es que el próximo año el Instituto Nacional de Estadísticas y el Minsal deberán hacer un análisis para cruzar bien la información y tener la data precisa del impacto del coronavirus.
Contras del nuevo modelo
Sin embargo, existe un asunto pendiente que ambos expertos relevan: la nueva metodología no recoge la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de contabilizar a los casos probables en el registro de fallecidos, aquellos en que no hubo test de PCR, pero que sí padecieron de sintomatología asociada al coronavirus.
Si bien el Gobierno no lo integró, Nájera señala que sí va a permitir tener ese dato, porque se va a saber el número total de los fallecidos por probable coronavirus y el delta de aquellos que no tienen PCR positivo, requisito que dicta la nueva metodología para ingresar a la persona al registro de muertos.
"Es grave que teniendo el dato no se comunique. El Ministerio no ha dicho que lo va a comunicar, ahí esta el meollo del asunto, de que aún no cumplimos lo de la OMS. Si se logra informar a los probables estaríamos llegando a un dato bien cerca de la realidad", dice.
En esa línea, el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la OMS en Chile, Fernando Leanes, es más optimista. Señala que el país es uno de los que mejor ha concretado la entrega de información a la institución y que, a pesar de que la inclusión de los casos probables sí es una recomendación a nivel global de la entidad, mejorar la comunicación es algo más prioritario para Chile en estos momentos.
"La prioridad para nosotros es que esto quede claro y sobre todo que lo clarifiquen los expertos chilenos del Ministerio de Salud con otros y que, con esto clarificado, se pueda orientar la comunicación de riesgo, en cómo tenemos que movernos, que conductas hay que cambiar (...) La comunicación tiene que ser clara y encontrar consenso en los lenguajes", dice Leanes.
Nájera explica que otro de los problemas es que la información sobre fallecidos entregada en el balance diario no corresponde a la realidad de los decesos ocurridos en las últimas 24 horas, porque el Registro Civil va más lento, debido a que tiene que ingresar los certificados de defunción, tarea que puede tardar días.
"No reciben todos los certificados el día del fallecimiento, muchos llegan después y eso produce un retraso en el informe general de los fallecidos", comenta Nájera.
Propone buscar una "solución intermedia" en la que semanalmente se emita la información completa con los datos de Registro Civil, pero que, para el reporte diario, se continúe usando la información proveniente de los hospitales, como la metodología anterior.
Bedregal agrega que "va a haber una demora en la recepción de datos, por ejemplo, si el ministro dice en el balance hoy tenemos registrados 200 fallecidos, esos 200 son los registrados en el Registro Civil, se demora 24 horas, con suerte, la recepción del certificado", afirma.