El inicio de la semana no dejó opciones para la remontada en
las bolsas asiáticas. Los descensos rozaron el punto porcentual en plazas como
Hong Kong y Singapur, y alcanzaron el 1,23% en la de Tokio, donde el Nikkei
bajó a mínimos de dos semanas arrastrado, sobre todo, por el sector
automovilístico, con los resultados de Nissan y las ventas de EEUU como
detonantes.
El cierre bajista, el pasado viernes, de Wall Street, partía
como un lastre para los inversores de la renta variable asiática. Los presagios
negativos se confirmaron, y los números rojos acabaron imponiendo su ley en la
práctica totalidad de las plazas de la región.
En Hong Kong, el índice Hang Seng cedía un 1,1%, al igual
que en Singapur. En Shanghai los recortes eran del 0,9%, y del 0,5% en Taiwan.
En Corea del Sur alcanzaban el 2,3%, mientras que la principal referencia de la
región, el Nikkei, concluyó con una bajada del 1,23%, perdiendo la barrera de
los 13.000 puntos (12.933).
La última oleada de resultados empresariales dejó un mal
sabor de boca a los inversores. Esta circunstancia se evidenció en descensos
como el 6,90% que sufrió el banco Sumitomo Mitsui Financial en el Nikkei. La
jornada no fue mucho mejor para otros valores financieros, con caídas del 4,7%
para Mizuho Financial, aunque la peor parte se la llevaron las empresas
automovilísticas.
Las cuentas publicadas por Nissan se sumaron a las cifras de
ventas en Estados Unidos publicadas el pasado viernes, con descensos
generalizados también para las principales compañías niponas. El resultado
final fue bajadas del 8,7% en Mazda Motor (trasconcoerse el 13% de descenso de
sus ventas en el mercado estadounidense). La cotización de Isuzu Motors se
desinfló un 7%, la de Nissan
un 4,8%, y la de Toyota
un 3,2%. El fabricante de neumáticos Bridgestone se dejó un 2,5%.
En Corea, la contundencia de las caídas del índice Kospi
(-2,3%), se debió sobre todo a los desplomes entre las empresas de la industria
naval. Las acciones de Daewoo Shipbuilding se hundieron un 14% edspués de
anunciar la cancelación de unos pedidos para la construcción de ocho buques
contenedores, valorados en cerca de 610 millones de dólares. Las cancelaciones
también castigaron los títulos de Hyundai Mipo Dockyard, más de un 8%.