El alcance de la crisis, en el caso de ING, no sólo ha
provocado que recurriera a los 10.000 millones de euros ofrecidos por el
Gobierno holandés. El tercer trimestre concluyó con las primeras pérdidas de
ING desde su creación, en 1991. El principal lastre fueron los 1.510 millones de euros (unos
US$ 1.932 millones) adoptados como provisiones para afrontar los efectos de la
crisis.
La publicación de las primeras pérdidas no ha pillado por
sorpresa a los inversionistas. Prueba de ello son las subidas
que se anotan las acciones de ING al comienzo de la sesión, un 1,5%.
Las dificultades para el grupo holandés ya quedaron patentes
con su mayor caída bursátil de la historia, en medio de los temores sobre
posibles carencias de capital. La solución adoptada a continuación fue recurrir
al fondo de emergencia propuesto por el Gobierno holandés, mediante la
inyección de 10.000 millones de euros.
En la cuenta de resultados de ING, los efectos de la crisis
se reflejaron con las primeras pérdidas desde su creación, en el año 1991. En
el tercer trimestre, perdió 478 millones de euros (unos US$ 611 millones) , pese a todo, ligeramente por
debajo de los 500 millones avanzados el pasado mes. Estas cifras se quedan muy
lejos de los 2.310 millones, de beneficio, obtenidos en el mismo periodo del
año anterior.
Los resultados del grupo holandés sufrieron de lleno el
rigor de las millonarias provisiones adoptadas para hacer frente a los efectos
de la crisis, por importe de 1.510 millones de euros en el tercer trimestre.
Estas 'reservas' han sido utilizadas para cubrir las pérdidas contabilizadas en
el valor de acciones, bonos, activos hipotecarios y los relacionados con la
quiebra de Lehman Brothers.
Las presiones sobre el valor de sus activos podrían
continuar en el cuarto trimestre del año, y el deterioro de las condiciones
económicas vovlerán a dañar los resultados del próximo ejercicio, según
reconocen desde ING.
El alcance de la crisis ha restado un 69% de su valor
bursátil en lo que va de año. En un nuevo mensaje de tranquilidad, el director
financiero de la entidad, John Hele, ha destacado a Bloomberg que los 10.000
millones de euros inyectados por el Gobierno holandés son "más que
suficientes".