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Alto contraste
Ana Botín
Con este cambio Santander se adelanta a posibles exigencias futuras del Banco Central Europeo (BCE) y da satisfacción a buena parte de los inversores institucionales que vienen promoviendo este cambio en las compañías en que participan.
Cambio de esquema
El BCE muestra una creciente preocupación por las cuestiones de gobernanza en las entidades financieras por entender que ahí reside buena parte de los problemas que periódicamente surgen en los bancos. Es especialmente partidario de que los presidentes no asuman demasiadas funciones ejecutivas más allá de las que acompañan a su puesto y que sea el consejero delegado quien se responsabilice del día a día de la entidad, incluso en muchos casos de todo lo referente a la definición de la estrategia de las mismas.
Santander es en la actualidad prácticamente el único banco español en el que se mantiene el antiguo esquema de funcionamiento por el que la presidenta tiene muchos poderes ejecutivos y el consejero delegado sigue reportando a ella en lugar de hacerlo directamente al consejo de administración. Pero esta situación va a cambiar a partir de este jueves.
Con la decisión que aborda el consejo de administración se dará un paso muy relevante en la mejora de la gobernanza del grupo en la medida en que se clarifican las funciones de la presidenta y las del consejero delegado.
Ana Botín mantendrá las funciones de estrategia, relaciones con los inversores, transformación digital del grupo, secretaría general del consejo, talento y universidad, y márketing y comunicación. Ana Botín seguirá presidiendo PagoNxt y Openbank. Su cargo seguirá siendo el de presidenta ejecutiva.
Álvarez se centrará en el negocio y reportará a los órganos de gobierno del banco, y no a la presidenta, aunque ésta preside tanto el consejo como su comisión ejecutiva.
Es un modelo similar al que se implantó en BBVA y adopta las sugerencias de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que pide la separación de poderes de presidente y consejero delegado. El nuevo modelo de Santander cuenta con el visto bueno del BCE.
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