Bruselas quiere que las operadoras de telecomunicaciones ofrezcan a los clientes residentes y a aquellos que tengan vínculos significativos con el país, la posibilidad de llamar y navegar sin sobrecosto por itinerancia o “roaming”, desde otros Estados de la Unión Europea.
Así se desprende del anuncio realizado ayer por el Ejecutivo, en el que explica las nuevas ideas que baraja para evitar abusos en la aplicación de una nueva normativa con la que pretendía acabar con los sobrecostos por roaming entre países de la UE a partir del 15 de junio de 2017.
La Comisión trata de cumplir así dos promesas. La primera, a los ciudadanos, de que los sobrecostos por llamar y navegar desde el extranjero llegarían a su fin. Y la segunda, a las operadoras, de que evitará abusos y que un ciudadano residente en un país se suscriba a los servicios de otra operadora más barata en otro.
Originalmente Bruselas planteó que la gratuidad se limitaría a 90 días por año, una medida que recibió fuertes críticas de la opinión pública, y que el propio presidente, Jean-Claude Juncker, paralizó personalmente. Ahora se decanta por aplicar el principio de residencia y el concepto de “vínculos estables”.
En la práctica esto supondrá que una operadora española no podrá no cobrar itinerancia a aquel cliente que sea residente en España o mantenga “vínculos estables” con el país. Según la Comisión, este concepto incluye a trabajadores que viven en un país y trabajan en otro, expatriados que viajan frecuentemente a su país de origen o estudiantes.
No obstante, las operadoras podrán aplicar sobrecosto en el caso de que detecten uso abusivo.
Lo que cambia es la definición de “abuso”. El Ejecutivo europeo cita un listado no exhaustivo: consumo doméstico insignificante respecto al consumo en modo itinerancia, larga inactividad de una tarjeta SIM asociada a un uso principalmente en modo itinerancia, y suscripción y subisiguiente uso de múltiples tarjetas SIM por el mismo usuario mientras está en el extranjero.