La primera señal de la crisis que enfrenta el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), al que pertenece la suspendida presidenta Dilma Rousseff y que gobernó el país por trece años hasta mayo pasado, apareció esta semana en la planilla de registro de las candidaturas para las elecciones municipales de noviembre. El partido lanzó un total de 23.599 cartas para alcalde, vice alcalde y concejal en todo el país, una baja de 47,2% en comparación con el número de candidatos respaldados en la última elección, en 2012.
La crisis, no obstante, golpea a la izquierda completa. Uno de los mayores aliados del PT, el Partido Comunista (PCB), registró la mayor baja proporcional en su número de candidatos, con un 57%.
En las encuestas de cara a octubre, el PT está sexto entre los partidos políticos brasileños, liderando la lucha en apenas 992 localidades, 47,8% menos que hace cuatro años, mientras Rousseff batía récords de popularidad.
En el sentido contrario, dos partidos medianos presentaron un aumento notable en el número de candidatos. El PSD pasó de 1.170 postulantes en 2012 a 1.346 este año; en tanto, el PRIB, ligado a la Iglesia Universal del Reino de Dios, aumentó de 329 a 426. Uno de los partidos mayores, el PRB, tiene cartas competitivas en las dos mayores capitales estaduales del país: Celso Russomanno en Sao Paulo y Marcelo Crivella en Río de Janeiro, según el Tribunal Supremo Electoral (TSE).