A 28 días del inicio del Mundial trabajadores y activistas cumplieron ayer su promesa de masivas movilizaciones. Las condiciones laborales y los desplazamientos de cientos de familias debido a las construcciones que esperan albergar a turistas de todo el mundo desataron la reacción por parte de los ciudadanos que decidieron tomarse las calles exigiendo que el gobierno actúe.
El evento “15M – Día Internacional de la Lucha contra el Mundial” reunió a manifestantes de todas partes de Brasil, entre ellos Río de Janeiro, Distrito Federal, Fortaleza, Belo Horizonte, Sao Paulo, Porto Alegre y de otros países (Argentina, Inglaterra, entre otros) para realizar actos públicos. Hasta el miércoles, los organizadores registraban la participación de 12.000 personas a través de las redes sociales como Facebook.
La jornada sirvió para aglutinar una serie de demandas acumuladas de los brasileños, y pese a que las protestas fueron convocadas a raíz del Mundial, los reclamos de los manifestantes fueron más allá del evento.
Los ciudadanos movilizados exigieron la desmilitarización de la policía y una pensión de por vida para las familias de los nueve trabajadores que han muerto en las obras de construcción de los estadios.
El movimiento también demanda que se ponga fin a los desalojos y desplazamientos forzosos, y que se reubiquen a las familias afectadas, garantizándoles una vivienda digna. También abogaron por la democratización de los medios de comunicación, con énfasis en las transmisiones de los partidos, que se hará exclusivamente por medio de la Red Globo.
Pero los ciudadanos volvieron a levantar sus llamados por una mejora en la red de transporte, con mayores inversiones, además de la aplicación de tarifa liberada para el uso de éste.
Durante el 15M en Río de Janeiro carreteras y negocios fueron cerrados en apoyo de la huelga mientras que los actos de los Movimientos de Trabajadores Sin Hogar causaron el cierre de avenidas de Sao Paulo. Los manifestantes vinculados al movimiento sin techo irrumpieron en las oficinas de la empresa inmobiliaria del Distrito Federal, Terracap, propietaria del Estadio Mane Garrincha.
Medidas del gobierno
A su vez, el mismo día, la presidenta Dilma Rousseff encabezó la ceremonia de la firma del compromiso que garantiza trabajos con dignidad a los brasileños, con énfasis en las áreas de hotelería y turismo, que se destacan en el Mundial. El documento fue firmado por los ministros, representantes de las centrales sindicales, los trabajadores, y la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y Comercio (CNC).
La presidenta advirtió que el compromiso no significa que la preocupación por el trabajo decente sólo se producirá durante la Copa del Mundo, pero hizo hincapié en que este es un momento especial en el que el mundo va a ver los pasos importantes de Brasil.
El ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, comentó ayer que “ninguna protesta nos asusta, lo que nos preocupa es cuando se utilizan métodos no democráticos, los métodos de violencia”. Carvalho reiteró que el Gobierno responderá con demostraciones de diálogo y negociación de los diversos segmentos de la sociedad que se levantaron en contra de la Copa del Mundo.
Según el ministro, en los últimos cuatro años, Brasil ha invertido US$ 800 millones en educación y salud, mientras que el gasto en los estadios de la Copa fueron de US$ 8.000 millones, con un adicional de US$ 17.000 millones en infraestructura, principalmente transporte y aeropuertos.
señaló el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard "Brasil tiene vulnerabilidades internas"
Brasil es uno de los países emergentes que tiene vulnerabilidades internas, señaló el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard.
Según el experto, el país está en el grupo de economías que tienen problemas relacionados a la credibilidad de la política fiscal, de la política monetaria o ambas. Blanchard no especificó si la vulnerabilidad brasileña estaba vinculada a una cuestión fiscal o monetaria.
El economista acotó que el tema de la credibilidad es particularmente relevante en el caso de Brasil. Citó el caso de India como un país que recuperó la confianza con cambios en la política monetaria después de la volatilidad en mayo del año pasado tras el anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre la reducción de estímulos monetarios.
Blanchard afirmó que los emergentes presentan una situación mejor en el frente externo, en especial debido al elevado nivel de reservas. Otra ventaja es que en general la exposición de las personas que se endeudan a los cambios en las tasas de préstamos internos es menor que en la crisis asiática de fines de 1990. En consecuencia, las fluctuaciones del tipo de cambio pueden ser una opción para muchos países, sin causar problemas graves.
El economista jefe del FMI también señaló que la baja tasa de inversión es una de las explicaciones para el lento crecimiento del país. Durante los últimos años, el Fondo ha dicho que el aumento de la inversión es una de las medidas clave para que Brasil vuelva a crecer a tasas más altas.