El Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) advirtió hoy de que Latinoamérica va a enfrentar
en 2009 "un año muy duro", con factores, como los altos precios de
alimentos y energéticos, la crisis financiera y el cambio climático,
que van a afectar a sus sectores económicos clave.
La directora para América Latina y el Caribe del PNUD, la
costarricense Rebeca Grynspan, aseguró en una rueda de prensa en la
capital de México que va a haber "embates importantes sobre muchos
de los motores de crecimiento que tenían las economías de la
región".
Esos choques afectarán sobretodo al turismo, remesas,
manufacturas, inversión extranjera directa y exportaciones, sostuvo
Grynspan, durante el lanzamiento de la segunda edición del premio
periodístico "América Latina y los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM)", que convocan el PNUD y la agencia de noticias Inter
Press Service (IPS).
La funcionaria de la ONU subrayó que, históricamente, durante la
parte baja del ciclo económico "aumenta" la desnutrición infantil,
la mortalidad materna y la deserción escolar en la Latinoamérica.
Para afrontar esta situación, instó a los países desarrollados
mantener su nivel de cooperación y asistencia con las naciones
emergentes en medio de la crisis económica mundial.
"Hoy más que nunca tenemos que redoblar los esfuerzos con los ODM
para no sólo llegar a ellos sino evitar retrocesos en la región",
apuntó.
Alcanzar los Objetivos del Milenio, una serie de compromisos
sociales que los miembros de Naciones Unidas prometieron cumplir
para 2015, implican en Latinoamérica "sacar de la pobreza extrema a
casi 50 millones de personas, liberar de la desnutrición a dos
millones de niños y niñas y lograr que 13 millones de
latinoamericanos completen la educación primaria", detalló Grynspan.
En este sentido, hizo "un llamado para que en estos momentos
difíciles no disminuya la ayuda al desarrollo de los países que
pueden otorgarla".
Sería "muy triste" que los países en desarrollo no reciban la
ayuda de los desarrollados, afirmó, e insistió en que las naciones
emergentes "no han tenido nada que ver con la conformación de la
crisis" global.
Sin embargo, Grynspan explicó que mantener el nivel de
cooperación, en un mundo con tasas de crecimiento económico a la
baja, significa que "el porcentaje que los países dedican a la
asistencia al desarrollo tiene que aumentar" para que "en términos
absolutos la ayuda no baje".
Según expertos, "siendo realistas pareciera que la ayuda al
desarrollo realmente podría bajar", indicó la funcionaria, si bien
aseguró que el PNUD no tiene todavía datos que evidencien eso.
Señaló que los gobiernos deben poner en marcha o ampliar los
programas que eviten la deserción escolar, la desnutrición infantil
y la mortalidad materna, e impulsar políticas anticíclicas con obras
de infraestructura.
No obstante, destacó que las obras públicas sólo dan empleo a los
hombres, por lo que también es necesario adoptar programas laborales
específicos para jóvenes y mujeres.