El secretario del Tesoro, Henry
Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke,
defendieron hoy ante la Cámara de Representantes su gestión del
auxilio financiero de US$700.000 millones.
Pero la presidenta de la Corporación Federal de Seguro de
Depósitos, Sheila Bair, que también compareció en el Congreso,
insistió en que debería haberse usado los recursos para amparar a
los compradores de casas que enfrentan la ejecución de sus
hipotecas, tal como se había prometido.
Los dos funcionarios concurrieron ante el Comité de Servicios
Financieros de la Cámara de Representantes para explicar cómo han
usado parte de los cientos de miles de millones de dólares, y por
qué han ido cambiando el plan que le vendieron al Congreso hace un
mes y medio.
En un principio, el Gobierno dijo que el dinero del plan iría
destinado a comprar los activos hipotecarios "tóxicos" de los
bancos, aunque una vez el Congreso aprobó el plan, se cambió de
estrategia y se optó por invertir el dinero en la compra de acciones
de los bancos más necesitados.
Hoy, en su intervención, Paulson explicó que el Gobierno del
presidente George W. Bush no tenía "un manual de instrucciones" que
pudiese aplicar en la emergencia y, por lo tanto, ha tenido que
ajustar su estrategia sobre la marcha.
"Los mercados financieros estarían en condiciones mucho peores si
el Congreso no hubiese aprobado este programa", apuntó.
Por su parte, Bernanke afirmó que ha habido una cierta mejora en
los mercados de crédito, pero que las condiciones, "en términos
generales, siguen estando lejos de la normalidad".
"El Gobierno debe encarar de forma decisiva el problema de las
hipotecas como parte de nuestra estrategia más amplia para
restablecer la confianza y la estabilidad en nuestra economía",
aseguró Bair.
La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por su sigla
en inglés), que garantizaba los depósitos bancarios hasta US$100.000, recibió autorización primero para ampliar la garantía a
US$250.000, y luego para extenderla sin límites, por un período
corto, a las pequeñas empresas.
"Es esencial que usemos la autoridad que se nos dio para acelerar
el ritmo de modificaciones de los préstamos para detener y revertir
la creciente oleada de desahucios que amenaza a toda la economía",
dijo Bair a los legisladores.