Paul Volcker, quien liderará el nuevo
equipo anticrisis del presidente electo de Estados Unidos, Barack
Obama, cuenta con vasta experiencia en política y economía y ha lidiado ya
con cinco gobernantes, siendo conocido por sus estrategias osadas
contra las turbulencias.
Volcker, con 81 años y una extensa carrera política y económica a
sus espaldas, aportará a Obama la sabiduría propia de un hombre de
su edad y experiencia, y cuyo nombre es respetado y apreciado tanto
en el sector privado como en el público.
Este economista nacido en Cape May (Nuevo Jersey) en 1927 vuelve
ahora, tras varios años en la sombra, a la primera línea de la vida
política y con ello añade a su extenso currículum al sexto
presidente que confía en su experta opinión.
Para Obama, Volcker no es ningún desconocido ya que estuvo a su
lado durante la campaña electoral, demostrando un conocimiento
profundo de los mercados financieros, una amplia experiencia en
lidiar con crisis y una comprensión particular de la naturaleza de
las turbulencias actuales, dijo hoy el presidente electo.
El nuevo responsable del equipo asesor encargado de ayudar a la
próxima Administración estadounidense a sacar al país de la mayor
crisis económica desde la Gran Depresión ha prestado a lo largo de
su carrera sus servicios tanto a gobiernos republicanos como
demócratas, que le aprecian por su independencia.
En concreto, ha trabajado para los presidentes John F. Kennedy,
Lyndon B. Johnson, Richard M. Nixon, Jimmy Carter y Ronald Reagan.
Quizá su cargo más importante fue el de presidente de la Reserva
Federal entre 1979 y 1987, bajo el mandado de Carter y Reagan, un
periodo de grandes turbulencias financieras.
Previamente fue durante cuatro años presidente de la Fed en Nueva
York.
El antecesor de Alan Greenspan jugó un papel decisivo a la hora
de luchar contra las extremadamente altas tasas de inflación en los
años 80, y es elogiado por haber logrado poner fin a las
dificultades económicas.
En ese momento Volcker demostró que no es la persona que opta por
la vía más cómoda para resolver los problemas, sino que está
dispuesto a emplear estrategias complicadas y sin temor al daño
colateral que puedan provocar, incluso al propio presidente.
En un artículo, el New York Times recuerda cómo el economista, en
sus esfuerzos por parar la escalada de la inflación, decidió subir
los tipos de interés a niveles tan altos que "arrastró al país a una
recesión y condenó al fracaso el intento de reelección de Carter".
Volcker recibió duras críticas por esa estrategia, pero se
mantuvo en su posición y, al final, hizo lo correcto para el país,
ya que la bonanza de los mercados financieros que comenzó en 1982
fue un resultado directo de su gestión, argumenta el diario
neoyorquino.
Al término de su segundo mandato como presidente de la Fed, el
economista, formado en las prestigiosas universidades de Princeton,
Harvard y la London School of Economics, volvió al sector privado y
se convirtió en el presidente y director general del banco de
inversión James D. Wolfensohn, cargo que desempeñó hasta 1996.
En el sector privado se inició como asesor financiero del Chase
Manhattan Bank entre 1957 y 1962.
Volcker, que no sólo sobresale por su impresionante currículum
sino también por los 2 metros que mide, también cuenta con una
amplia experiencia en el Departamento del Tesoro, a donde llegó en
los años 60 tras su primer paso por la Fed y el sector privado.
En el Tesoro dirigió la Oficina de Análisis Financiero, trabajó
en el departamento de Asuntos Monetarios y también fue director de
Planificación hasta que en 1969 se convirtió en subsecretario.
En los años 90 ejerció de presidente de la Comisión Trilateral de
EE.UU., fue miembro del consejo de "United Airlines" y en el nuevo
milenio lideró la comisión de la ONU que investigó el escándalo de
corrupción en el Programa Petróleo por Alimentos en Irak.