El primer ministro indio, Manmohan
Singh, reconoció hoy que la crisis financiera internacional podría
tener efectos negativos en la economía de la India, aunque aseguró
que no debe haber "espacio para el miedo".
El jefe de Gobierno, que durante su época de ministro de Finanzas
fue el arquitecto de las reformas económicas llevadas a cabo en el
país a principios de la década de 1990, hizo estas declaraciones en
el Parlamento indio.
"Debemos estar preparados para una desaceleración temporal en la
economía india. El impacto preciso es difícil de calcular mientras
la profundidad y la duración de la ralentización sigan siendo
inciertas", dijo Singh.
Asimismo, admitió que la crisis financiera y el menor crecimiento
económico de los países desarrollados puede tener "un impacto
indirecto en la economía india".
Singh hizo un llamamiento a la calma y aseguró que a pesar de la
crisis internacional no "hay espacio para el miedo".
Según el jefe de Gobierno, incluso las previsiones "más
pesimistas" sitúan el crecimiento del PIB de la India en una tasa
mínima del 7%.
Además, destacó que, en el primer trimestre del ejercicio fiscal
actual, el PIB indio se aceleró a un ritmo del 7,9%,
mientras que las exportaciones aumentaron un 35,5% en el
periodo comprendido entre abril y agosto de este año.
Además, aseguró que la inflación, que fluctúa en torno al 11%, ha bajado en las últimas tres semanas y que a pesar de que
el nivel de los precios sigue siendo elevado está experimentando una
reducción.
"La India ha hecho frente a retos en el pasado y los ha superado.
Es en los retos cuando el pueblo indio se supera y los convierte en
una oportunidad".
El primer ministro valoró las medidas recientemente adoptadas por
el Banco Central de la India para inyectar liquidez en el sistema
financiero.
La institución monetaria anunció hoy un recorte de 100 puntos
básicos en la tasa de los acuerdos de recompra, una medida para
inyectar liquidez en el sistema financiero, hasta situarla en el
ocho por ciento.
El Banco Central tomó esta decisión con el objetivo de "aliviar
presiones y en particular para mantener la estabilidad financiera",
según un comunicado.
El pasado 10 de octubre, la institución decidió recortar 150
puntos básicos el coeficiente de reserva de la banca comercial con
el objetivo de inyectar unos US$650.000 millones en los
mercados.