pOR Shannon Bond
Nueva York
A fines de los '30, las familias estadounidenses sintonizaron sus radios para las líneas de introducción premonitoras de The Shadow, un drama que protagonizaba Orson Welles: "¿Quién sabe qué mal acecha en los corazones de los hombres? ¡La Sombra sabe!"
Hoy, más de 1 millón de personas se coloca sus audífonos cada semana para captar lo último de un drama de la vida real: la re investigación del asesinato de una estudiante de Baltimore en 1999.
El show es Serial, un podcast derivado del popular programa de la radio pública This American Life. Cuenta una sola historia durante toda la temporada, en un formato que evoca de las antiguas obras radiales, con el giro de que es una historia real.
Serial promedia 1,14 millón de descargas a la semana, poniéndola a la par con This American Life, que ha estado construyendo una audiencia por años. El programa lidera regularmente las listas de descargas de podcasts de iTunes en EEUU, el Reino Unido, Canadá, Australia y Alemania.
El éxito de Serial es el ejemplo más visible del renacimiento del podcast, un formato que nació hace una década, pero que se ha beneficiado del reciente salto en el interés de consumidores, inversionistas y publicistas.
Los podcasts siguen siendo un medio de nicho comparado con el alcance de la radio y la televisión. Pero con la gente yendo en masa a los servicios de streaming y on-demand como Netflix y Spotify, y la banda ancha inalámbrica y los dispositivos móviles permitiéndoles acceder a contenido sobre la marcha, los defensores dicen que los podcasts están listos para capturar más oyentes y, con ellos, una mayor porción de la creciente torta publicitaria digital.
"Cuando pones un
smartphone en cada bolsillo, creemos que es inevitable que la escucha va a cambiar desde emisoras AM/FM a digital", afirmó Matt Lieber, cofundador del productor de podcasts Gimlet Media, que ha levantado US$ 1,5 millón.
La creciente popularidad de contenido hablado está atrayendo la atención de grandes grupos mediales, como Amazon y Pandora, y de redes que distribuyen audio a dispositivos móviles y autos conectados.
Los publicistas están poniendo atención, dando origen a firmas como Midroll, que vende espacio comercial en 150 populares podcasts. Cobra entre US$ 20 y US$ 30 por 1.000 impresiones, casi cinco veces el costo para la radio tradicional.
Sin embargo, captar dólares de grandes compañías dependerá del desarrollo de mejores formas de medir cuánta gente escucha los avisos, ya que el formato MP3 no produce datos de cuánto tiempo sintonizó una persona, por lo que las tasas se basan en cifras proyectadas de descarga.