Por D. Strauss y R. Wigglesworth
Los mercados emergentes sufrieron un episodio de venta febril en el verano boreal, a medida que los inversionistas absorbían la importancia de los planes de la Reserva Federal de EEUU de comenzar a reducir su amplio programa de estímulo. Ahora, su malestar está empezando a parecer más como una persistente gripe invernal.
Cada vez que una serie de fuertes datos de EEUU provoca una especulación de que el recorte de la Fed es inminente, la presión sobre los mercados emergentes se incrementa, como ha sucedido este mes, causando que las divisas más frágiles se derrumben frente al dólar.
La rupia de Indonesia tocó su menor nivel en dos años y medio contra el dólar el miércoles, a pesar de que el banco central había recién anunciado un aumento inesperado en las tasas de interés- Raghuram Rajan, el gobernador del banco central de India, convocó una apresurada conferencia de prensa mientras la rupia cedía a su mínimo en dos meses para asegurarle a los mercados que no había “una razón fundamental” para la volatilidad, pero la rupia ha seguido débil.
Los inversionistas de retail también se han asustado, motivando las mayores salidas de capital desde los mercados emergentes en 20 semanas, y las mayores salidas de deuda de dichas economías en diez semanas, según EPFR.
Algo de respiro llegó la semana pasada, cuando Janet Yellen, nominada para dirigir la Fed, expresó una defensa firme del programa de compra de activos del banco central en su audiencia de confirmación.
Beijing entregó otro bálsamo el viernes luego de revelar reformas de gran alcance, pero el mayor estímulo ha sido una revisión de las expectativas para un alivio monetario (QE, su sigla en inglés) más prolongado e incluso mayor.
“No me sorprendería si la Fed eleva el QE”, afirma Mouhammed Chouk-eir, director de inversiones de Kleinwort Benson. “La inflación está en una trayectoria negativa, y si caemos cerca de la deflación quizás tendrían que poner el pie en el acelerador”.
El índice de mercados emergentes FTSE rompió una racha de siete días de pérdidas luego de que fuera publicado el testimonio de Yellen el jueves, y el indicador logró recuperar los retrocesos de la semana el viernes. Los bonos también subieron de nuevo, bajando los costos de endeudamiento.
Siguen las preocupaciones
Sin embargo, muchos analistas e inversionistas se mantienen preocupados. A pesar de los comentarios reconfortantes de Yellen, las monedas emergentes nuevamente están por debajo de los niveles a los que se recuperaron en septiembre cuando la Fed se contuvo de rebajar las compras contra las expectativas.
Desde comienzos de mes, sólo el peso mexicano ha logrado mantener su piso frente al dólar. El real brasileño ha perdido 4%, la rupia india ha caído 2,9%, la rupia indonesia ha descendido 3% y la lira turca ha bajado 2,1%. El viernes, 20 de las 24 principales divisas emergentes monitoreadas por Bloomberg retrocedieron frente al dólar, a pesar de que los mercados accionarios de los países en desarrollo rebotaron.
“Es preocupante, para ser franco”, dice Christian Keller, un estratega senior en Barclays. “¿Cuánta más ayuda se puede recibir? Han habido tantas noticias suaves de la Fed, y todavía estas monedas no pueden recuperarse”.
Su pobre desempeño es revelador, porque muchos legisladores en el mundo desarrollado habían afirmado que un aplazamiento del tapering los ayudaría a prepararse para una eventual retiro de la liquidez de la Fed.
Algunos países han logrado diferenciarse. México encaminándose a reformas antes de la “rabieta del ajuste” inquietara a los mercados emergentes, y una investigación de Morgan Stanley arrojó que las administradoras de fondos que estaban aún optimistas sobre el país. El nuevo gobernador del banco de India también ha sido relativamente exitoso en estabilizar la rupia y restaurar algo de confianza.
Muchos otros bancos centrales han estado ocupados apuntalando sus defensas, reponiendo las reservas de divisas o poniendo en marcha otras medidas para apoyar sus monedas, preparándose para cuando la Fed finalmente empieza a reducir el QE.
También hay signos de crecimiento económico recuperándose en muchos países, después de que se desaceleró fuertemente en los últimos años.
Sin embargo, muchos analistas no están convencidos que ha habido suficiente mejoramiento fundamental en la gran mayoría de los mercados emergentes.
“Si no se hecho nada en los últimos diez años, es poco probable que se haga algo trascendental en tres meses”, es el veredicto de un economista que no quiso dar su nombre.
Los inversionistas están ponderando si los países más vulnerables corren el riesgo de otra fuerte ola de ventas que podría alcanzar una crisis a gran escala, o más bien a un lento ajuste durante varios años.
Dado que los flujos de salida de los mercados emergentes durante el año pasado se debieron principalmente a la retirada de los inversionistas del retail, una pregunta para el mercado es cómo se comportarán los grandes administradores de activos con fondos de inversionistas institucionales.
Hasta ahora, el dinero institucional -por lo general de los fondos de pensiones y compañías de seguros- ha demostrado ser mucho más estático que el inconstante dinero del retail. De hecho, incluso ahora algunos inversionistas institucionales están destinando dinero a los mercados emergentes por primera vez, sólo porque las decisiones tomadas en la cúspide del boom ahora están siendo terminadas por los comités. Pero incluso muchos dedicados adeministradores de activos de mercados emergentes son cautelosos sobre las perspectivas a largo plazo, y predicen que 2014 podría ser un año difícil de navegar.