Por Adam Thompson
París
Los miembros del sindicato de una planta de neumáticos de Goodyear en el norte de Francia tomaron dos de sus directivos como rehenes en una disputa relacionada con el salario, lo que marca el regreso del fenómeno boss-napping (secuestro de directivos por parte de empleados) que afectó al país tras la crisis financiera.
La acción del sindicato radical CGT marca el reciente deterioro de las relaciones entre los trabajadores y la dirección en un país con una larga historia de duros encuentros, y se produce justo cuando las relaciones laborales en Francia parecían estar entrando en una nueva etapa, más tranquila.
El boss-napping se convirtió en algo común en 2009, cuando los trabajadores franceses mantuvieron a sus directivos como rehenes para exigir mayores indemnizaciones por despido y menos recortes de empleos, aunque ha disminuido recientemente.
Los representantes sindicales de la CGT confirmaron ayer que habían detenido a Bernard Glesser, director de recursos humanos, y Michel Dheilly, el director de la instalación, después de no llegar a acuerdo sobre los términos de gestión de la propuesta de cierre de la planta de Amiens.
“Ya no era posible seguir luchando por nuestros puestos de trabajo”, dijo Mickael Wamen, presidente del sindicato, a los medios locales. “Así que decidimos cambiar de táctica y luchar por la mayor compensación posible”.
Al caer la tarde, los dos empleados todavía estaban encerrados en una habitación en la planta, con los miembros del sindicato jurando mantenerlos como rehenes hasta que ganen garantías sobre las bonificaciones e indemnizaciones por despido. “En este momento, considero que hemos sido secuestrados”, afirmó Dheilly en una breve entrevista televisada. Goodyear condenó la acción de la CGT. “Este tipo de iniciativas, siempre incorrectas, son particularmente inapropiadas y contraproducentes”, advirtió.