Rusia y China se han comprometido a reforzar la cooperación militar bilateral y a realizar ejercicios navales conjuntos para contrarrestar la influencia estadounidense en la región de Asia-Pacífico al tiempo que crece el coro de voces que advierte sobre una inminente "nueva guerra fría".
Tras una reunión con su homólogo chino y primer ministro, Li Keqiang, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, afirmó que las dos partes "están preocupados por el intento del ejército de Estados Unidos de reforzar su influencia política en la región", informaron medios pro gobierno de China y Rusia.
Shoigu destacó el "gran potencial" de la cooperación en la esfera militar y aseguró que "la formación de un sistema de seguridad colectiva regional es el objetivo primordial de nuestros esfuerzos conjuntos".
La delegación rusa también estableció un paralelismo entre las manifestaciones pro democracia en Hong Kong y las llamadas "revoluciones de color" en los ex estados soviéticos, entre ellos Ucrania, las cuales son para Rusia y China culpa de la instigación de EEUU y sus aliados. Anatoly Antonov, viceministro de Defensa de Rusia, incluso parecía sugerir que Rusia estaría dispuesta a ayudar a Beijing a afrontar las protestas pacíficas en Hong Kong. Los dos países han acordado realizar maniobras navales en el Mediterráneo y en el Pacífico. La situación en Europa ha llevado a que el ex líder de la URSS, Mikhail Gorbachev, alertara del riesgo de una nueva Guerra Fría, opinión respaldada por las autoridades bielorrusas.