Por D. Schäfer/M. Arnold
¿Alguna vez había tenido un mejor desempeño un activo alternativo? Vestido como la versión holandesa de la drag queen Dame Edna Everage, el presidente del banco ABN Amro, Gerrit Zalm, se ha subido a un escenario para enseñarles a sus empleados las lecciones que se pueden aprender de gestionar un prostíbulo.
Gerrit Zalm, ex ministro de Finanzas holandés y presidente del banco desde 2009, se disfrazó de Priscilla Zalm, su hermana ficticia, para motivar a los 23.000 empleados con una combinación de ingenio, encanto e insinuaciones atrevidas.
En la apertura del acto, que tendrá seis funciones este mes, Priscilla la dueña de un burdel, le dijo a su audiencia que tenía la suerte de contar con una “buena directiva”, señalando sus pechos, y con un destacado soporte administrativo, en clara referencia a su trasero. Aseguró, lanzando miradas de complicidad al público, que trabajaba en un “negocio floreciente con siglos de tradición”.
Vestida de azul, con una peluca pelirroja y unos extravagantes lentes, Priscilla les dijo a los empleados que su hermano había dejado el banco porque había encontrado una mejor fuente de ingresos.
Aunque Zalm, que siempre se ha caracterizado por ser un hombre de carácter sombrío y más bien seco, ha recurrido a una estrategia muy poco ortodoxa para animar a sus tropas. El ejecutivo consiguió destacar la necesidad de inculcar buenos valores a un banco con un pasado turbulento.
“La realidad es que las acciones bancarias han evolucionado relativamente bien y, de continuar esta tendencia, se recuperarían los bonos, y la disciplina que han demostrado tener los bancos en los últimos años podría perderse”, opina Peter Hahn, miembro de la Cass Business School.
Pero el banco ya tenía una carrera teatral. En 2012, su auge y caída fue llevada a una obra por el Teatro Nacional de Holanda.
ABN en algún momento tuvo un gran dominio en Holanda, tiempo en el que se refería a sí mismo como “el banco”. Sin embargo, tras una imprudente fase de expansión en el extranjero, en 2007 terminó siendo controlado por sus entidades rivales RBS, Santander y Fortis.
Cuando finalmente estalló la crisis financiera, la parte holandesa restante de ABN y Fortis tuvo que ser rescatada por el gobierno por
US$ 40.578 millones, y sigue bajo la tutela del Estado.
El disfraz de Branson
Zalm no es el primer empresario que se disfraza. El año pasado, Richard Branson, el consejero delegado de Virgin Group, se pintó los labios y lució pestañas postizas y una minifalda roja para hacerse pasar por azafata en un vuelo de AirAsia.
Su look con lápiz de labios se produjo después de que perdiera una apuesta con el dueño de AirAsia Tony Fernandes sobre qué equipo de la fórmula uno, de la que ambos son fanáticos, iba a tener un mejor desempeño en el Grand Prix de Abu Dhabi.
La actuación de Zalm tampoco es la primera. Se ha hecho pasar por su hermana en años anteriores en el mismo evento corporativo, y apareció en la película Cool realizada por el director de cine holandés Theo Van Gogh.
Un portavoz de ABN Amro señaló que la interpretación del presidente del banco “encaja con el sentido del humor holandés”.