El petróleo es el ancla de los mercados financieros mundiales, y la OPEP acaba de decidir elevar su ancla. Las consecuencias podrían ser profundas y podrían extenderse más allá el juego de poder entre los productores de petróleo tradicionales en Medio Oriente y la nueva generación de productores de esquisto en Norteamérica.
El petróleo, es cierto, es menos importante de lo que era. La continua mejora en la tecnología ha hecho que las economías desarrolladas sean menos "intensas en petróleo" y menos vulnerables a una repetición de la crisis de los '70, cuando las alzas de los precios provocaron dos profundas recesiones.
Pero desde que terminó la versión de post guerra del patrón oro, en 1971, con la decisión del presidente Nixon de terminar la fijación del dólar al oro, el petróleo ha sido su reemplazo más cercano como depósito de valor en la economía global. En los '70, las alzas de precios en términos de dólares, maquinadas por una OPEP mucho más activa, sólo restauraron el valor del petróleo en términos del oro. El estímulo económico de Estados Unidos ha debilitado al dólar. Desde entonces, un "patrón petróleo" más flojo, con la OPEP ajustando la oferta para limitar la volatilidad del petróleo, se ha consolidado.
El petróleo ancla los mercados de capital a través de su relación inversa con el dólar. Cuando el petróleo sube, el dólar tiende a depreciarse. Generalmente los exportadores petroleros reciben pagos en dólares y luego los venden, lo que significa que precios más altos del petróleo provocan un dólar más bajo.
El dólar se depreció significativamente en los años previos a la crisis de 2008, y su punto más bajo coincidió con una burbuja especulativa en el petróleo. Ahora, se está fortaleciendo significativamente.
Esa correlación con el dólar conduce a una segunda correlación clara, con las acciones de los mercados emergentes. Estos tienden a tener un mejor desempeño cuando el dólar se está debilitando (como en los años previos a 2008), y a tener uno más bajo cuando el dólar se fortalece.
El último período en que cayeron los precios del petróleo (aunque no tanto como ahora) y que el dólar se fortaleció fue a fines de los '90. Eso provocó que el mercado bursátil optimista de EEUU colapsara en un estallido de burbuja, mientras que los mercados emergentes sufrieron una serie de crisis. Un dólar fortalecido hizo que fuera más difícil pagar la deuda denominada en dólares.
Desde diciembre de 1994, cuando la devaluación de México inició las crisis, hasta que ese ciclo de crisis terminó en Argentina en 2001, el dólar avanzó 35% en términos de comercio y las acciones en el mundo desarrollado superaron a las de los mercados emergentes en más de 200%, según MSCI.
Asumiendo que el petróleo no suba significativamente, y que cualquier movimiento sea a la baja ¿cuáles son las posibilidades de que se repita lo de los '90?
En lo que se refiere a EEUU, el petróleo más barato entrega un impulso a la economía. El mayor impulso es para el consumidor, precisamente el sector que ha estado rezagado: no por nada fue Walmart el mayor ganador en la bolsa de EEUU el viernes. Como un componente significativo de los índices de precios, el petróleo más bajo automáticamente hace caer la inflación. Eso reduce la presión sobre los bancos centrales para elevar las tasas.
En lo que se refiere al mercado de bonos, la inflación pronosticada para los próximos diez años cayó brevemente por debajo de 1,8% el viernes, por primera vez en tres años, un nivel que ha provocado previamente que la Reserva Federal recurra a la compra de bonos, y que reduce el riesgo de alzas de tasas inminentes.
Un dólar fortalecido es en sí mismo una medida de ajuste, haciendo menos necesario que la Fed actúe. Una moneda fuerte atraerá fondos a EEUU. Y las acciones estadounidenses ya parecen caras. Así es que si la OPEP no actúa para mantener sostener el precio del petróleo, esto incrementa el riesgo de que el rally actual en las bolsas de EEUU continúe hasta que estalle en una burbuja.
Argumentos similares se aplican a Japón, dependiente de las importaciones de petróleo. Ya que un petróleo más barato reduce la inflación, la que el Banco de Japón quiere elevar, las posibilidades de dinero barato en Japón aumentan.
¿Qué pasa con el resto del mundo? Los mercados emergentes son menos vulnerables a las crisis cambiarias ahora, ya que han aumentados sus reservas y han permitido (en su mayoría) que las monedas floten. Dicho eso, todos los países que se benefician de la exportación de petróleo tienden a perder. Una repetición de las burbujas y crisis de fines de los '90 sigue siendo poco probable. El mundo debería haber aprendido la lección. Pero si el petróleo sigue cayendo el riesgo es que las acciones en EEUU estallen mientras las emergentes se debilitan.