Al ver a Magnus Carlsen pasearse entre los tableros de ajedrez del Four Seassons de Londres para derrotar a financieros de la City, uno tras otro, no es obvio pensar por qué el mayor jugador de ajedrez del mundo debería ser bueno también al hacer el juego atractivo para negocios que van desde la moda hasta las finanzas.
Taciturno, con una mandíbula prominente y cabello enmarañado, el campeón mundial de 23 años no parecer ser “el mayor talento natural de ajedrez que ha aparecido en varias décadas”, en palabras de Kenneth Rogoff, el profesor de economía de Harvard, quien también es un “gran maestro” del ajedrez.
El cerebral noruego tiene la mayor puntuación en la historia en el sistema de calificación utilizado para el ajedrez moderno. Pero él es notablemente generoso con los que derrota, en todos los niveles de habilidad.
El martes, después de ganar 19 juegos en el evento en Londres, comentó amablemente que algunos fueron “interesantes”, antes de señalar que “algunos fueron más que interesantes”.
En el campeonato mundial en Madras, India, en noviembre, mostró la misma cortesía hacia el defensor del título, Viswanathan Anand, cuando lo venció por 6,5 puntos frente a 3,5 puntos, con tres triunfos y ninguna derrota en los diez juegos.
Carlsen tolera, en vez de disfrutar, a los medios y las apariciones con los patrocinadores que vienen con el hecho de ser el mejor jugador del mundo.
Incluso, ha logrado romper estereotipos sobre el ajedrez como un pasatiempo de nerds, y ha ganado una reivindicación de celebridad, glamour y dinero, para él y para el juego.
El partido del campeonato mundial en Madras alcanzó una audiencia récord en televisión y en Internet, y Carlsen ahora modela para la firma de ropa danesa G-Star RAW.
A fines de este mes se dirigirá a California para reunirse con los grandes nombres de Silicon Valley.
Su capacidad para atraer auspiciadores comerciales –en 2013, Carlsen atrajo ingresos cercanos a los 2 millones de libras (US$ 3,2 millones)– está “innovando” en el ajedrez, dijo su manager, Espen Agdestein.
Ser el mejor
No hay señales de que a Carlsen el glamour se le suba a la cabeza. Está más preocupado de su necesidad de mejorar que de sus logros.
“Tengo una meta de no ser el tipo de campeón mundial que sólo se preocupa sobre el título y deja que el juego se degenere. Quiero establecer un alto estándar tan pronto como en mi próximo torneo, luego experimentar con otros abiertos y ampliar mi repertorio”, afirmó. “Puedo jugar mejor de lo que hago ahora”.
También espera defender su título. Menciona al ruso Vladimir Kramnik y al armenio Levon Aronian como posibles contrincantes, y sospecha que Anand también competirá por la oportunidad para recapturar su antiguo título.
Lleno de confianza, dice de una manera pragmática: “por el momento (la ampliación de la popularidad del ajedrez como un deporte) tiene mucho que ver conmigo en mi opinión, es bueno tener jugadores de alto perfil”.
Carlsen espera que su ofensiva en el juego y determinación para ganar inspire a otros. “Más personas tienen la oportunidad de cambiar su actitud”.
“Muchos han visto al ajedrez como un proceso científico donde se intercambian ideas en torneos y si no hay una clara ventaja se acuerda un empate. Pero hay que pelear hasta el final. He dejado de acordar empates, no es una parte natural del juego. Creo que otros harán lo mismo”.
“Un deportista moderno”, insiste, tiene que “pelear hasta el último momento todos los días en cada torneo. Estar cansado no es una excusa para cometer errores”.
El deseo de ganar, combinado con la naturaleza analítica del ajedrez, se vincula claramente a la industria financiera.
Gaute Ulltveit-Moe, socio de Arctic Securities, una firma corredora que organizó un evento en Londres para sus clientes, dijo que la asociación con el campeón mundial ha llevado a la firma a tener nuevos clientes. “Las personas llaman diciendo: “veo que auspician a Magnus Carlsen. Quiero hacer negocios con ustedes”.
¿Pueden las finanzas aprender del ajedrez? Carlsen señala que “el ajedrez (como las finanzas) es sobre reunir la mayor información posible y tomar la mejor decisión, pero también enseña la necesidad de decidir incluso si no se tiene una total certeza”.
Pero But Anders Westin, socio en HBK Investments y uno de los oponentes en el evento, dijo que ganar en el ajedrez es más impresionante. “No hay cisnes negros en el ajedrez, a diferencia de las finanzas; el ajedrez es sobre ‘saber que se sabe’. Ser el mejor en eso es importante”.