Por P. Spiegel y G. Parker
Bruselas/Londres
Gran Bretaña y Francia chocaron ayer por los esfuerzos de Bruselas de recortar las excesivas regulaciones, con París advirtiendo en la víspera de una cumbre de la UE que el impulso amenazaba con ir muy lejos en desmantelar las salvaguardias sociales.
El primer ministro británico, David Cameron, está pidiendo una acción más agresiva y viajará a Bruselas con miembros de su “comando empresarial” para hacer lobby entre los líderes sobre la necesidad de frenar la legislación social y laboral.
El equipo empresarial informaría a Angela Merkel, la canciller alemana, y a otros cinco líderes económicamente liberales mañana en la mañana; François Hollande, el presidente socialista de Francia, no estaba invitado.
Se espera que los planes de José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, de reestructurar las regulaciones de la UE sean sólo una pequeña parte de los dos días de la cumbre que parte hoy.
Pero diplomáticos comentaron que podría convertirse en un punto significativo de conflicto luego de que Gran Bretaña y Francia distribuyeron documentos con sus posiciones que para muchos parecieron en directa confrontación.
La contribución francesa de tres páginas, fechada el 14 de octubre pero distribuida a la delegación nacional sólo el martes en la noche, advertía que el “enfoque cuantitativo para reducir las regulaciones estaba equivocado y que podría debilitar las protecciones de la UE que París considera fundamentales.
“La simplificación debería ser implementada garantizando que el nivel de requerimientos en áreas clave como la protección del consumidor y del trabajador y la protección medioambiental no sea reducido”, decía el texto obtenido por FT.
En lo que parecía ser una respuesta directa, los diplomáticos británicos hicieron circular un documento ayer en la mañana que le pediría a Barroso ir más allá.