Por Hugh Carnegy
París
El gobierno de Francia descartó los cambios fundamentales buscados por los retailers a las restricciones sobre el comercio los domingos, pero señaló que aceptaría algo de flexibilidad de las reglas para limar las inconsistencias en la ley.
Los líderes empresariales y los trabajadores han hecho campañas para hacer cambios en el sistema luego de que algunos sindicatos presentaran una acción legal para cerrar los retailers que estaban funcionando como una forma de desafiar las complejas reglas que permiten que algunas tiendas operen los domingos, pero otras no.
“El domingo no será un día como cualquier otro”, insistió Jean-Marc Ayrault, el primer ministro. “El principio del domingo como un día de descanso no será cuestionado”.
Ayrault respondió a un informe independiente ordenado por el gobierno que afirmó que la apertura los domingos debía seguir siendo restringida, pero recomendaba mayor flexibilidad y modernizar el actual régimen.
Además, reconoció que las actuales reglas eran “incomprensibles” y necesitaban una revisión. Pero destacó que cualquier cambio debe ser acompañado por reglas que aseguren el pago extra a los trabajadores, quienes sólo deberían trabajar voluntariamente.
“El tema no es extender, más o menos, la posibilidad de trabajar los domingos, sino asegurarse de que sea en las mejores condiciones, de manera más clara y simple”, declaró. “El principio será no abrir sin compensación para los empleados”.
Actualmente, las tiendas de muebles, jardines y locales de comida pueden abrir, pero no ferreterías ni tiendas por departamento; algunas zonas especiales de comercio y áreas designadas para turistas están exentas, pero esto se aplica de manera inconsistente; mientras que los retailers en los aeropuertos pueden abrir los domingos, pero no aquellos que están en estaciones de trenes.