Por Tobias Buck
Madrid
La economía española creció a un ritmo más acelerado en casi seis años en el último trimestre del año pasado, aumentando las esperanzas de que el país con cicatrices de la recesión esta finalmente en camino a la recuperación.
Luis de Guindos, el ministro de Economía, dijo al parlamento ayer que el PIB se elevó 0,3% en los tres meses a diciembre, lo que fue un marcado incremento desde el 0,1% de aumento en el Producto del tercer trimestre. “Por primera vez desde el comienzo de la crisis estamos en un escenario distinto”, dijo el ministro.
Los datos son los últimos en una serie de señales económicas que han apuntalado la confianza en la economía española y han provocado un aumento en el interés de inversionistas extranjeros.
Lo más importante, en un país donde uno de cada cuatro españoles está sin trabajo, es que hay evidencia creciente de que la tasa de desempleo está empezando a caer. En diciembre, el número de desempleados registrados cayó 108.000, uno de caídas más fuertes en diciembre de manera récord, y la tercera caída consecutiva mensual.
Reforma del empleo
Parte de esa mejora se debe a que los trabajadores inmigrantes están regresando a sus países de origen, y a la caída del sistema de los desempleados a largo plazo, porque ya no tienen derecho a las prestaciones. Pero la mayoría de los analistas coinciden en que hay una recuperación leve en el mercado del trabajo, ayudado por la reforma del mercado del trabajo en 2012 y la persistente caída de los salarios.
“La creación de empleo en los últimos meses fue considerable. Eso fue una sorpresa para la mayoría de nosotros“, señaló Marcel Jansen, experto en el mercado del trabajo y profesor de economía en la Universidad Autónoma de Madrid. “Es difícil decir qué tan sólida es esta recuperación, pero los números sin duda han superado las expectativas”.
Hubo más buenas noticias del sector de servicios, largamente sufrido de España, el cual en diciembre creció a su ritmo más acelerado en más de seis años. Según proyecciones de la confianza empresarial y del consumidor, estas mostraron avances sorprendentes, sugiriendo que las compañías y las familias por igual están empezando a sentir que un despegue finalmente está cerca.
Los datos demuestran de que España está pasando por una recuperación clásica, con la caída de los salarios que llevan a un aumento de la competitividad, seguido de un aumento de las exportaciones que permite a las empresas invertir en nuevas plantas y maquinaria, nuevas contrataciones y -finalmente- un aumento de la demanda interna y los ingresos fiscales del gobierno. Las exportaciones se han incrementado durante los últimos dos años, y la inversión empresarial comenzó a subir a principios de 2013.