Por M. Mackenzie, A. Raval, R. Wright y H. Sender
En los cinco años desde que la Reserva Federal de EEUU instauró tasas de préstamos de emergencia y empezó con la compra de una gran cantidad de bonos, Wall Street ha tenido un auge, pero la economía en general se ha recuperado mucho más lentamente.
La pregunta ahora es si la racha alcista en las acciones a máximos récord y una sólida recuperación en los precios locales gracias a las variadas ejecuciones del alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés) de la Fed entregará las bases para una economía más sólida en 2014.
“El QE se deshizo del dolor de cabeza, pero ahora estamos enganchados con los analgésicos”, dijo Jack Ablin, jefe de inversiones en Harris Private Bank. “Es momento de que la Fed se aleje de su creación de un mundo artificial y deje que la economía se pare por sí sola”.
Sin embargo, la mitad de una década de un banco central activista ha hecho que un mundo artificial luzca como la nueva realidad.
El proceso de volver a definiciones más tradicionales de tasas de interés “normal” y actividad económica planteará nuevos desafíos a los inversionistas, empresas, consumidores y legisladores.
Tasas de interés bajas
Las bajas tasas de interés han ayudado a las compañías y algunos propietarios de viviendas a refinanciar sus deudas a niveles de endeudamiento más baratos, un beneficio para la salud a largo plazo de la economía.
El financiamiento barato también ha impulsado una impresionante recuperación en las ventas de autos, vivienda y, en conjunto con un mercado bursátil en alza, ayudó a las firmas de private equity a dar vuelta algunos negocios y salir de sus inversiones a través de ofertas públicas iniciales.
Pero las tasas de interés bajas también penalizan los rangos de ahorradores, en un momento en el que la generación “baby-boomer” se está jubilando y depende fuertemente en rentas fijas. Antes de la crisis financiera, un jubilado podía asegurar en 5% su tasa de ahorro al tener un certificado de depósito a cinco años de un banco.
Actualmente esa tasa ronda el 1,3%, con pocas señales de que las tasas se eleven a un nivel que impulsen los ingresos.
La disponibilidad de crédito barato también retrasa el ciclo natural de las quiebras de empresas, lo que básicamente resulta en un uso más eficiente de los recursos en toda la economía.
“El QE ha hecho subir los precios de los activos y ha realzado la desigualdad en los ingresos, eso es una debilidad estructural de la economía”, señaló Chris Watling, estratega jefe de mercado de Longview Economics. “El QE también ha frenado la salud a largo plazo de la economía ya que no hemos visto el patrón normal de los cierres de negocios que son parte del proceso de destrucción creativa”.
Aunque las tasas de interés de emergencia cercanas a cero y la primera ronda de QE estabilizaron los mercados y la economía en 2009, el ingrediente que falta para una recuperación robusta es que las empresas aumenten su gasto de capital. Asustadas por la crisis financiera, las empresas se han centrado en el acopio de dinero en efectivo y en usar el exceso de participaciones para pagar dividendos o recomprar sus acciones, sobre todo en el caso de Apple, la compañía de tecnología.
“El QE 1, 2 y 3 han sido implementados bajo la suposición de que las bajas tasas de interés darán un impulso al gasto”, afirmó James Sarni, director administrativo de Payden & Rygel.
“El QE no ha tenido la respuesta de hacer que la gente y las compañías gasten e inviertan en sus negocios. Aún persiste un problema de confianza debido a que hay un alto grado de incertidumbre sobre el pronóstico de la economía”, agregó.
Eso no es lo que el mercado de acciones está esperando, con muchos analistas pronosticando que 2014 será otro año sólido luego de un alza de 25% este año, ya que esperan que una fortalecida economía haga más que contrarrestar cualquier recorte de estímulo de la Fed.
“La liquidez de la Fed ha sido un factor tan importante tras el alza en el mercado bursátil, que cualquier recorte de esa liquidez tendrá un efecto”, precisó Quincy Krosby, estratega de mercado de Prudencial Financial. En los últimos 18 meses, el S&P 500 no ha experimentado una corrección habitual de al menos 10% ya que eclipsó convenientemente su peak en 2007, el tipo de retroceso temporal en los precios que es parte de un mercado saludable y normal.
“Si los mercados son menos influenciados por el QE, veremos correcciones normales y atraeremos compradores que se han visto incómodos comprando acciones a esos máximos”, indicó el experto.
Nuevos desafíos
Los private equity han estado entre los mayores beneficiarios de la política monetaria de la Fed. Les ha permitido comprar compañías con deuda barata, refinanciarla en tiempo récord y luego venderla a inversionistas del mercado público desesperados por retornos en un mundo de tasas a nivel cero.
La perspectiva de tasas más altas también plantea desafíos. Como preparación, han intercambiado la tasa de deuda flotante emitida para comprar adquisiciones a intereses fijos, por lo que sus carteras existentes son relativamente inmunes a tasas más altas. También han refinanciado prácticamente toda la deuda en sus adquisiciones más apalancadas.
Además, la perspectiva de tasa más altas es un bendición mixta: con financiamiento de deuda más caro a futuro, es probable que el precio para los objetivos caiga.
La suposición general es que las tasas aumentarán sólo al paso de una recuperación económica, con el crecimiento impulsando una mejora en las ganancias de las compañías que poseen. Entonces incluso si el costo de capital promedio para una adquisición va de 6% en un día a 9% el día siguiente, las ganancias antes de interés, depreciación, impuestos y amortización aún abrumarán el mayor gasto en interés si la economía mejora.
Pero si la comunicación de la Fed se tambalea y los mercados empujan las tasas antes de que la economía esté totalmente recuperada, las perspectivas para las acciones privadas no serán tan esperanzadoras.