Por R. McGregor y E. Crooks
Estados Unidos no va a renunciar a su papel de garante de la seguridad mundial, incluso después de que el aumento en su propia producción de combustible lo haga independiente de los productores extranjeros, dijo el secretario de Energía de ese país.
Ernest Moniz precisó que la posibilidad de que EEUU y Canadá pronto produzcan en conjunto tanta energía como la que consumen es “real”.
Sin embargo, argumentó que EEUU todavía tiene intereses en las regiones productoras de petróleo, como el Medio Oriente, y en la seguridad de los flujos globales de energía. “Esto no es tan simple como esconderlo detrás de una cortina”, dijo a Financial Times.
Moniz también ofreció garantías a los clientes que planean comprar gas natural licuado a EEUU, lo que sugiere que es muy poco probable que el gobierno ejerza su poder para cortar esos suministros.
La revolución del esquisto, que liberó petróleo y gas de reservas que antes no eran viables comercialmente, ha transformado la producción de energía de EEUU.
La Agencia Internacional de Energía, organismo de control de los países ricos, dijo la semana pasada que esperaba que EEUU fuera el mayor productor de petróleo del mundo en 2015, y que se acercaría a la autosuficiencia en materia de energía en las próximas dos décadas. Ya ha quedado por detrás de China en el ranking de los mayores importadores de petróleo del mundo.
El auge de la energía ha aumentado las esperanzas de algunos estadounidenses de que EEUU podría retirarse de Medio Oriente, ya que ya no es dependiente de las importaciones de petróleo de la región. Moniz, sin embargo, le restó importancia a esas sugerencias.
“Estamos en una situación muy buena respecto de la energía en comparación con lo que se esperaba hace una década, pero no vamos a ser independientes de los mercados mundiales de la energía”, dijo.
Moniz, que habló antes de una visita a Turquía esta semana para participar en una conferencia sobre energía del Consejo Atlántico, señaló que el petróleo es un mercado global, y que ningún país puede ser inmune a los efectos de los precios del petróleo.
Por ejemplo, dijo, los camioneros británicos protestaron por los costos del combustible en 2000, en momentos en que el país seguía siendo un exportador neto de petróleo. Por otra parte, las posiciones de los aliados de EEUU que aún dependen de las importaciones de petróleo y gas “también son un problema para nosotros”.
EEUU está reforzando su presencia militar en el norte de Asia, que es crucial para la protección de las rutas marítimas a través del cuales los transportes petroleros hacen llegar energía a sus aliados que carecen de ella (Japón y Corea del Sur).