Mario Draghi provocó una abrupta ola vendedora en el mercado de bonos de la eurozona ayer, cuando el presidente del Banco Central Europeo dijo que los mercados de deuda debían "acostumbrarse" a la volatilidad en una era de tasas de interés ultra bajas.
Los rendimientos de la deuda soberana de referencia en la zona euro, que se mueven inversamente a los precios, subieron a su mayor nivel en lo que va de este año.
El rendimiento de los bunds alemanes a diez años llegó a 0,897%, su mayor nivel desde octubre del año pasado. Ha subido 32 puntos base en dos días, un salto que no había visto desde 1998, según Citi.
Los movimientos marcan el último episodio de inestabilidad que golpea a los mercados de deuda soberana de Europa desde que el BCE empezó a comprar bonos como parte de su programa de alivio cuantitativo (QE, su sigla en inglés) por 1,1 billón de euros.
"Había una esperanza latente de que Draghi pudiera intentar calmar la volatilidad de los mercados", dijo Justin Knight, estratega de renta fija de UBS. "El hecho de que fuera no sólo se mostrara tranquilo sobre los mayores rendimientos, sino que dijera que tendremos que acostumbrarnos a una mayor volatilidad, sugiere que está súper relajado, y eso ha influido en la confianza del mercado".
El esquema de compra de bonos soberanos hizo caer bruscamente los costos de endeudamiento europeos en un principio, pero sus efectos se revirtieron repentinamente a fines de abril cuando los rendimientos de los bunds comenzaron a subir.
No hubo un gatillador único evidente, pero estrategas culparon a las distorsiones del mercado y a un cambio en la confianza de los inversionistas, y los comentarios de Draghi ayer hicieron resurgir la turbulencia.
"El mercado es tan ilíquido que hay movimientos muy violentos y rápidos, no es un mercado muy eficiente estos días porque el QE está distorsionando todo", dijo Yoram Lustig, administrador de fondos de AXA Investment Managers.
La ferocidad de la venta reciente de bonos ha evocado paralelos con la denominada taper tantrum o "pataleta por reducción del estímulo" que generaron los planes de la Reserva Federal de EEUU de terminar con el QE en 2013, y reavivaron las preocupaciones de que los mercados globales de bonos se dirijan a una era de mayor incertidumbre tras una racha alcista de tres décadas.
Los movimientos del mercado provocados por los comentarios de Draghi se expandieron a través del Atlántico, haciendo subir el rendimiento de los bonos del Tesoro de EEUU a diez años en once puntos base, a 2,37%, su mayor nivel desde noviembre.
Los treasuries históricamente han impulsado a otros mercados globales de bonos, pero la zona euro ha liderado los movimientos desde que el BCE anunció por primera vez sus planes de iniciar un masivo programa de alivio cuantitativo.