La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha desbaratado las esperanzas de los inversionistas de que ocurra un cambio radical en la política económica argentina cuando se retire después de las elecciones de este año, al imponer a uno de sus consejeros más radicales como compañero de fórmula del principal candidato Daniel Scioli.
Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, de 58 años de edad, nombró el martes en la noche a Carlos Zannini como su vicepresidente y compañero de fórmula. Los analistas dijeron que Fernández fue la que en realidad lo escogió, a cambio de apoyar a Scioli, lo cual él necesita para ganar las reñidas elecciones.
"Esperábamos que Fernández nombrara a alguien que le permitiría restringir a Scioli. Pero esto fue más allá de nuestras expectativas", comentó Eurasia Group, la consultoría de riesgo.
Los mercados argentinos – desde los de acciones y bonos hasta los de divisas – cayeron el miércoles después de la noticia. Los inversionistas han subido las ofertas por los activos argentinos con la esperanza de que el final de la presidencia de Fernández aumente la probabilidad de un acuerdo con los acreedores "holdout" de fondos de cobertura, y así reabrir Argentina a los mercados internacionales de capital.
Mientras que Scioli ha basado su campaña en la premisa de una amplia continuidad, en medio de promesas de hacer los ajustes necesarios para impulsar la economía argentina en apuros, su principal oponente, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, ha basado su campaña en un mensaje de cambio total.
"La fórmula de Daniel Scioli y Carlos Zannini representa la continuidad del proyecto político más exitoso en la historia de la democracia argentina", fue el mensaje de Twitter de Santiago Montoya, un aliado cercano de Scioli y presidente del Grupo Provincia, una corporación financiera.
Sin embargo, en el campamento de Macri, quien es de centro-derecha, la noticia fue bien recibida como evidencia de que Scioli era sólo un peón de la saliente presidenta izquierdista, y que una mayor asociación con Fernández le costaría el apoyo de los votantes indecisos en el centro. Alrededor del 65 por ciento de la población favorece el cambio político, según la oposición.
La polarización de la campaña electoral, la cual a principios de este año se consideraba una contienda entre tres candidatos, ha traído como consecuencia que los votantes hayan abandonado a Sergio Massa, el candidato en el tercer lugar y ex secretario de gabinete, quien ha tratado de posicionarse en un punto medio entre sus dos rivales.
Si Scioli gana las elecciones, el nombramiento de Zannini, quien ha sido asesor cercano de Fernández y de su difunto esposo y antecesor, Néstor Kirchner, desde la década de 1980, es un mal presagio para las perspectivas políticas después de las elecciones, dijo Daniel Kerner de Eurasia Group.
Al limitar la capacidad de Scioli de romper con la política del gobierno, Zannini podría impedir una solución con los llamados acreedores "holdout" de Argentina, cuya victoria en una larga batalla legal en EEUU impide el acceso del país a los mercados internacionales.
"A medida que se agudicen las limitaciones económicas, Scioli se verá obligado a hacer cambios más profundos. Pero la transición será más difícil y lenta de lo que los inversionistas anticipan", dijo Kerner.