Zurich / Londres
El canciller de Austria, Werner Faymann, se convirtió en el político más importante que ha cobrado hasta el momento la crisis de refugiados en Europa que ha derivado en un creciente apoyo a la organización de extrema derecha de ese país, el Partido Liberal.
Faymann, que lideró Austria por más de siete años, renunció ayer a su cargo luego de perder el apoyo del Partido Socialdemócrata, de centroizquierda. Hace dos semanas, su candidato quedó en cuarto lugar en las primarias con miras a las elecciones presidenciales.
Su salida, en una inusual lucha de poderes en Viena, ha puesto de manifiesto la caída del apoyo a los dos principales partidos de Austria –el de centroderecha Partido Popular y los Socialdemócratas– que han gobernado el país desde la Segunda Guerra Mundial.
Los problemas de la principal corriente política de Austria han llegado de manos del partido Liberal, que ha encontrado votantes receptivos en su mensaje antiinmigrantes.
El miedo en otras capitales europeas es que los recientes eventos puedan ser un presagio de malestares similares en otros lugares. En Francia, por ejemplo, se espera que la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, haga a un lado al titular socialista François Hollande en las elecciones presidenciales del próximo año.
El sucesor de Faymann será escogido en una consulta con el Partido Popular, que actualmente forma una “gran coalición” con los Socialdemócratas, a menos que decidan romper la alianza y llamar a elecciones anticipadas. Ambos partidos se enfrentan a una lucha por ganar el apoyo de los votantes, luego de fallar en acordar medidas para impulsar la economía.