Bruselas llamará a los gobiernos de la Unión Europea a no prohibir ni limitar los servicios como Uber y Airbnb, en una apuesta por liderar un embate regulatorio de autoridades nacionales sobre la “economía compartida”.
La Comisión Europea lanzará esta semana directrices para armonizar el trato muchas veces diferente que enfrentan las empresas que remecen a sectores que van desde alojamiento a transporte en el bloque de 28 países.
Mientras empresas como Uber, para pedir transporte, han sido bienvenidas en países como Reino Unido, sus ejecutivos han sido amenazados con multas o incluso cárcel en lugares como Francia. Una regulación coherente a lo largo de la UE entregaría un impulso a estas compañías, evitando que las empresas tengan discusiones con 28 reguladores separados.
Las prohibiciones de los servicios deberían ser una “medida de última instancia” para los gobiernos, según el borrador de las directrices visto por Financial Times y que se publicará el jueves.
La medida para ayudar a los nuevos entrantes relajará parte de la tensión sobre la regulación de la tecnología entre Buselas y Washington, donde los esfuerzos de Europa para reducir el poder de mercado de empresas como Google y Apple han causado roces. El año pasado, el presidente de EEUU Barack Obama acusó a la UE de que su regulación estaba “diseñada para socavar sus intereses comerciales”.
Pero aunque la mayor parte de las nuevas directrices será bienvenida por los grupos predominantemente estadounidenses del sector de la llamada economía compartida, algunas causarán preocupaciones en Silicon Valley. La Comisión sugiere que las empresas que no permitan a sus operadores poner sus propios precios o que los fuercen a tomar clientes podrían considerarse una “relación laboral”.
Esa definición será resistida por Uber, que ha argumentado vociferantemente que los choferes no son sus empleados, lo que significa que la empresa evita temas como las contribuciones a los esquemas de seguridad social por ellos.
La medida de la Comisión viene luego de que servicios como Uber enfrentaron prohibiciones parciales en países de la UE, incluida Bélgica, Holanda, Francia y Alemania.
Bruselas criticó las medidas como el intento de Berlín de reprimir a los anfitriones de Airbnb introduciendo multas de hasta 100 mil euros para quienes arrienden sus departamentos completos en el sitio. La Comisión dijo que esas reglas eran “generalmente difíciles de justificar”. En cambio, los países deberían considerar medidas como introducir límites en el número de días por los que alguien puede arrendar un departamento.
La Comisión también salió en defensa de los sistemas de puntaje usados por empresas como Uber, argumentando que la capacidad de evaluar a un conductor puede llevar a servicios más seguros.
Empresas como Uber ya se han quejado ante Bruselas, que es responsable por asegurarse de que los tratados de la UE se cumplan, sobre su tratamiento en varios países. Los resultados de estas investigaciones se conocerán dentro de pocos meses.