Italia recibió una advertencia de que debe cumplir las “estrictas” reglas de la Unión Europea para el rescate de prestamistas en riesgo, limitando la capacidad de Roma de inyectar dinero público en el sector financiero del país.
Jeroen Dijsselbloem, jefe del comité de la eurozona de 19 ministros de Hacienda, dijo ayer que cualquier plan italiano tendría que respetar las reglas de la UE que fuerza a los acreedores a asumir las pérdidas antes de recibir dinero del gobierno.
Las reglas de la UE son “muy claras” sobre cuándo los acreedores enfrentan pérdidas obligatorias, dijo Dijsselbloem antes de una reunión con los ministros de Hacienda de la eurozona en Bruselas. “La única cosa que es muy importante es que respetemos lo que hemos acordado entre nosotros, porque de otra manera todo se cuestionará en Europa”, dijo el ministro de Hacienda holandés.
Aunque el estado de los bancos italianos no forma parte de la agenda oficial, se esperaba que fuera un tema candente entre las autoridades.
Los líderes de la UE tienen una preocupación creciente de que el sector bancario italiano, sobrecargado de préstamos incobrables, emerja como el eslabón más débil del plan de seis años para fortalecer las finanzas de la eurozona, tras una crisis de deuda soberana que dio pie a las nuevas reglas.
Los bancos italianos han estado entre los más golpeados por la turbulencia del mercado tras el voto del Reino Unido por salir de la UE. Italia y la UE han tenido diálogos cada vez más urgentes para diseñar un plan para recapitalizar los bancos que enfrentan problemas que cumpla con las reglas de la UE.
“Italia no está pidiendo suspender o romper las reglas (pero) está claro que hay un problema de interpretación”, dijo una autoridad italiana de alto rango. “Si hubiera una solución mañana, todos estaríamos felices”.
Michael Sapin, el ministro de Hacienda francés, enfatizó que Italia debería recibir algo de libertad de acción, exponiendo una división entre los miembros de la moneda única. “Nuestro deber es mostrar solidaridad”, con el gobierno italiano, dijo ayer Sapin, sugiriendo que los oficiales “apliquen las reglas de manera inteligente”.
En tanto, Pier Carlo Padoan, el ministro de Hacienda italiano, dijo que el gobierno de su país protegería a los ahorristas e insistió en que “instrumentos de precaución”, sólo se usarían si fuera necesario.
Los inversionistas siguieron mostrando cautela sobre la capacidad de Roma para encontrar una solución acorde. Las acciones de UniCredit, el banco más grande de Italia, cayeron ayer, aunque las acciones de otras grandes instituciones financieras, como Bancia Intesa, Banca Popolare di Miliano y Mote dei Paschi di Siena, aumentaron su valor.
Dijsselbloem intentó bajar el perfil a los problemas en la banca italiana diciendo que no generan una “crisis aguda” y que deben enfrentarse gradualmente.
“Sí, hay problemas con los préstamos que no rinden en los bancos italianos, pero ese no es un tema nuevo”, dijo. “No habrá grandes soluciones. No creo que sea posible con este tipo de temas”.
Dijsselbloem también envió una advertencia más amplia a los bancos de Europa, diciendo que es poco razonable seguir pidiendo apoyo público para solucionar sus problemas. Respondiendo preguntas del economista jefe de Deutsche Bank sobre una recapitalización pública de 150.000 millones de euros para los bancos del continente, Dijsselbloem dijo: “siempre ha habido y habrá banqueros que dicen que necesitamos más dinero público para recapitalizar nuestros bancos, y yo me opondré a ello con mucha fuerza, porque una y otra vez se golpea a los ciudadanos, una y otra vez aumenta la deuda soberana en países que están fuertemente endeudados”.
Las autoridades en Roma y Bruselas esperan llegar a un acuerdo a fin de mes, cuando los resultados de las pruebas de estrés en los bancos europeos más grandes sean publicados.