Un grupo de altos ejecutivos financieros ha instado a las autoridades de todo el mundo a reforzar sus arsenales anti-crisis en medio de los temores de que unas tasas de interés en un nivel ultra bajo han incrementado el riesgo de inestabilidad financiera.
Los jefes de empresas como HSBC, UBS y ayer publicaron una declaración conjunta respaldando el uso de herramientas macroprudenciales, pero advierten que las reglas, si se aplican de forma estrecha, podrían presionar los riesgos hacia el ámbito menos regulado de los "bancos en las sombras".
Las herramientas macroprudenciales se utilizan para protegerse contra peligros emergentes como activos inmobiliarios sobrevalorados, en teoría, reduciendo la necesidad de las autoridades de elevar las tasas de interés para frenar la euforia de los inversionistas. Entre las herramientas más desarrolladas están los requerimientos de capital contra cíclicos de los bancos y los límites a la cantidad que los clientes pueden pedir prestado en relación a sus ingresos.
Las autoridades de países desde Reino Unido y Suiza hasta Israel y Hong Kong han estado haciendo un mayor uso de estas palancas regulatorias para frenar el aumento del valor de los activos, especialmente en el mercado de la vivienda. La declaración insta también a las autoridades a reforzar sus sistemas de gobierno con regulación macroprudencial.
La decisión de emitir una declaración conjunta sobre regulación es algo inusual, pero viene con advertencias: las políticas macroprudenciales deben desplegarse en todo el sistema financiero, no sólo en empresas como bancos comerciales que entran en el perímetro de regulación tradicional.
Si se limita a entidades reguladas podría acabar impulsando un sector bancario en la sombra y ser "fuente de un riesgo sistémico". Aún así, la misiva alerta que la eficacia de estas herramientas aun no ha sido demostrada, especialmente en los países con sistemas financieros más complejos.