La nueva Ley de Seguros que entrará en vigencia en Inglaterra en agosto es la mayor reforma a la industria en 110 años y “reformulará los fundamentos sobre los cuales están construidas las políticas”, afirman expertos. La ley apunta a clarificar lo que los clientes deben informar a sus aseguradoras, y hacer más difícil que éstas eviten pagar las pólizas.
“Es un gran cambio”, dijo Bruce Hepburn, director ejecutivo de la consultora Mactavish. “Ha habido muchos problemas con esta ley por mucha tiempo. Es muy favorable a las aseguradoras y le entrega a las compañías amplias capacidades para negarse a pagar”.
De acuerdo con estimaciones de Mactavish, 45% de los reclamos de seguros corporativos por grandes pérdidas son impugnados. Y, en promedio, los casos cuestionados toman tres años en resolverse y sólo pagan 60% de lo que los asegurados esperan.
Un informe publicado ayer por la Asociación Británica de Aseguradoras y Mactavish afirma que la ley genera “una serie de preguntas prácticas delicadas y crea riesgos potenciales para la aseguradora y el cliente”. Las nuevas reglas fueron aprobadas por el Parlamento el año pasado, y reemplazan a la Ley de Seguros de la Marina de 1906. Muchos asegurados se han quejado de que el viejo sistema hacía muy fácil que las aseguradoras no pagaran los reclamos.
Las nuevas reglas, que aplican para las empresas, pero no para los individuos, apuntan a rectificar el equilibrio. Primero, deja más claro lo que los clientes deben informar a sus aseguradoras cuando compran las pólizas. La ley antigua era mucho más vaga y llevaba a una práctica conocida como “data-dumping”, en la cual los asegurados le presentaban a sus aseguradoras grandes cantidades de datos para que procesaran.
“Tienen que ser más organizados en la forma en que presentan material a la aseguradora”, dijo Richard Mattick, socio del bufete Covington. “Es más útil que a uno le digan cómo debe hacerlo en lugar tener una provisión vaga”. La ley también impone responsabilidades sobre los directores de empresas para que se aseguren que las aseguradoras realicen una revisión completa de qué tipo de riesgos tiene la empresa.
La otra cara de llenar los formularios de forma más diligente por parte de los asegurados es que a las aseguradoras se les hará más difícil usar la confidencialidad como excusa para invalidar todas las pólizas. También se les hará más difícil usar pequeñas violaciones de términos como una excusa para no pagar.
“Una de las grandes injusticias en la ley británica era que las aseguradoras podrían negarse a pagar una póliza porque el asegurado está en violación de una garantía que está totalmente desconectada de la reclamación”, dijo Mattick. Por ejemplo, una aseguradora podía negarse a pagar una reclamación por terremoto si la alarma antirrobo no estaba funcionando como debía. Las nuevas reglas coinciden con una cláusula de la Ley de Empresas, aprobada la semana pasada, lo que sumará presión a las aseguradoras a pagar las reclamaciones rápidamente.
Previamente, los asegurados no podían reclamar daños por el pago tardío de las reclamaciones de seguros. Eso será permitido bajo la nueva ley, que entra en vigor el próximo año, exponiendo a las compañías a enormes pagos potenciales si los asegurados pueden probar que sus empresas fueron perjudicadas por la demora. “Es una herramienta negociadora muy poderosapara los asegurados”, aseguró Hepburn. “Cambiará la forma en que las aseguradoras responden ya que no saben cuándo y dónde recibirán reclamaciones de daños”.